null Diferencias y beneficios de los prebióticos y los probióticos

Para lograr el éxito, en distintos aspectos de nuestra vida, necesitaremos ser capaces de conseguir y mantener un equilibrio. Este famoso (y ansiado) equilibrio lo podemos trasladar desde nuestra economía personal (entre los gastos y los ingresos) hasta nuestras relaciones sociales. Pero, sin duda, uno de los aspectos diarios donde esta cualidad cobra gran importancia es en nuestra salud. Más allá de otros factores como el deporte que nos ayuda a estar sanos, en nuestra dieta tenemos que buscar y encontrar cierto equilibrio. Y este, principalmente, alcanzará su máxima expresión en nuestra flora intestinal.

Gut Microbiota for Health, la publicación creada por la sección Microbiota Intestinal y Salud de la Sociedad Europa de Neurogastroenterología y Motilidad realiza una comparativa que nos ayudará a entender cómo funciona el interior de nuestro intestino: “como una selva tropical”. Explica que ambos son un ecosistema rico y diversificado, lleno de vida y cuyos habitantes se disputan los recursos. En el caso del intestino los microorganismos (como los habitantes) serán los que lidien por los nutrientes y el espacio (los recursos).

Hablamos, entonces, de equilibrio cuando en nuestra “selva intestinal” encontramos un aumento numérico de las bacterias beneficiosas sobre las que provocan enfermedades. Será cuando hablemos de estar o ser personas sanas. Sin embargo, el desequilibrio que provoca ciertas enfermedades se da cuando las bacterias nocivas superan a las beneficiosas. Estas alteraciones en nuestra microbiota se dan por distintos factores como:

  • La edad
  • La dieta
  • La ingesta de antibióticos
  • El deporte (sobre todo de alta intensidad y de duración prolongada)
  • Elementos externos del entorno

Diferencias entre prebióticos y probióticos

En el caso de necesitar restaurar el equilibrio en la microbiota, podemos hacer uso de los prebióticos y probióticos.

Qué son los prebióticos

Según la definición ofrecida por la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, los prebióticos son los “compuestos no digeribles, presentes en la dieta, que estimulan el crecimiento o la actividad de los microorganismos autóctonos, resultando beneficioso para la salud”. Es decir, son sustancias de nuestra dieta que modifican nuestra microbiota aumentando las bacterias beneficiosas y disminuyendo las nocivas.

Por su parte, los probióticos, según la Organización Mundial de la Salud, son “microorganismos vivos que, administrados en las cantidades adecuadas, son beneficiosos para la salud”.  Muchos de estos probióticos proceden de fermentos y forman parte de dos grupos: lactobacilos y bifidobacterias. Además, tal y como expresa la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, para ser considerados probióticos tienen que cumplir con cinco requisitos: generación de sustancias antimicrobianas, resistencia a las condiciones de la cavidad diana y a las de aquellas otras que debe atravesar para llegar a ella, ausencia de resistencia transmisible a antibióticos, capacidad tecnológica y actividad in vivo.

Probióticos Microorganismos vivos que confieren un beneficio a la salud cuando se administran en las cantidades adecuadas
Prebióticos Un ingrediente fermentado que da lugar a cambios en la composición y/o actividad de la microbiota
Probióticos Afectan al ecosistema intestinal, interactuando con microorganismos comensales o potencialmente patógenos
Prebióticos Afectan a las bacterias intestinales: aumentan las beneficiosas y disminuyen las nocivas
Probióticos Los lácteos como el yogurt, la leche y el queso son productos con un alto contenido en probióticos
Prebióticos Las frutas, las legumbres y los granos enteros son fuente de oligosacáridos, las fichas de los carbohidratos de donde provienen los prebióticos
Probióticos Prebióticos
Microorganismos vivos que confieren un beneficio a la salud cuando se administran en las cantidades adecuadas Un ingrediente fermentado que da lugar a cambios en la composición y/o actividad de la microbiota
Afectan al ecosistema intestinal, interactuando con microorganismos comensales o potencialmente patógenos Afectan a las bacterias intestinales: aumentan las beneficiosas y disminuyen las nocivas
Los lácteos como el yogurt, la leche y el queso son productos con un alto contenido en probióticos Las frutas, las legumbres y los granos enteros son fuente de oligosacáridos, las fichas de los carbohidratos de donde provienen los prebióticos

A la tabla anterior también podemos añadir el concepto de simbióticos: productos que contienen tanto probióticos como prebióticos.

En definitiva, los alimentos prebióticos son bacterias vivas que estimulan el crecimiento en el colon de las bacterias beneficiosas, mientras que los prebióticos, sin vida, son solamente sustancias que ayudan, a modo de complemento a las citadas bacterias.

¿Mejoran el estado de la microbiota intestinal?

Ahora que ya hemos aprendido a diferenciar entre los prebióticos y los probióticos, debemos saber que ambos actúan sobre la flora intestinal a favor de nuestra salud pero, ¿realmente lo consiguen? Pues bien, los prebióticos, como podemos comprender por su definición, tienen una influencia directa aumentando las bacterias beneficiosas.

Por su parte, los resultados de los probióticos los notaremos en función del estado de salud inicial de la persona que los consuma. En caso de que sea una persona sana, los efectos serán más indirectos, reduciendo la tendencia a enfermedad. Sin embargo, sí que notaremos efectos directos y más fáciles de apreciar si con el consumo de los probióticos buscamos solucionar un problema concreto como la disminución de la intolerancia a la lactosa o la reposición de la microbiota (por ejemplo, la reversión de la diarrea causada por antibióticos o la de las diarreas infantiles por rotavirus).   

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