El Parlamento está tramitando una enmienda a los presupuestos del año que viene que permitiría rebajar hasta un 20 por ciento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a aquellos edificios que resulten más eficientes en términos energéticos. El Gobierno buscaría así estimular la construcción y adquisición de bienes inmuebles más eficientes energéticamente, así como la realización de obras o instalaciones dirigidas a adquirir una buena certificación energética.
En concreto, la enmienda a la Ley Reguladora de las Haciendas Locales establecería una escala de eficiencia energética con la que clasificar cada edificio. Aquellos que obtuvieran la máxima calificación, una “A”, se beneficiarían de una bonificación de hasta el 20 por ciento en el pago del IBI. La siguiente nota, una “B”, permitiría un tope del 16 por ciento; una “C” daría un derecho a un máximo de un 12 por ciento; una “D”, al 8 por ciento; y una “E”, hasta el 4 por ciento. Los que suspendieran, con una “F”, no podrían acogerse a ninguna bonificación.
Para ello, el Gobierno aprobaría un real decreto estableciendo un procedimiento para obtener esta certificación. Quien desee acogerse a la bonificación tendrá que acreditarla ante el ayuntamiento de su localidad, ya que se trata de un impuesto municipal. De aprobarse, algo bastante probable teniendo en cuenta la distribución de fuerzas en el Congreso, entraría en vigor el próximo 1 de enero de 2016 y con una vigencia indefinida.
La medida ha sido bienvenida por distintas agencias del sector como “muy efectiva”, ya que permite al Estado tener un conocimiento más detallado del estado del parque inmobiliario y, así, resultar más efectivos en la aplicación de políticas energéticas. Además de concienciar al ciudadano, le permite entender el impacto que la eficiencia energética puede tener directamente en su bolsillo.
Vía | El Economista
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