El incremento de la esperanza de vida en 15 ó 20 años ha conllevado no sólo el aumento real de las demencias y otras patologías vinculadas al envejecimiento (que se disparan a partir de los 85 años) sino también de una gran alarma social en referencia a cómo se han de afrontar como paciente y como persona afectada el ámbito socio-familiar e incluso laboral. Actualmente en España el Alzheimer supone el 60% de los casos de dependencia.
Según la organización Alzheimer's Disease International (ADI) hay más de 100 tipos de demencia. La más conocida, como decimos, es la enfermedad de Alzheimer, que representa ente el 50% y 60% de los casos a nivel mundial. Hay también demencia vascular, el segundo tipo por prevalencia, y la demencia con cuerpos de Lewy (DCL) como tercer tipo.
No hay cura para la demencia y el Alzheimer, pero sí existe prevención, tratamiento y acompañamiento adecuados.
En España, desde la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias, nos detallan que si bien es una enfermedad vinculada a la edad, eso no es del todo cierto, algo más de un 10% se da en pacientes menores de 65 años y se dan casos de pacientes con diagnóstico a los 35 años.
Sabemos que la enfermedad la padecen hoy más de 6 millones de personas en España, de acuerdo a unos índices de prevalencia que establecen que en torno al 7% de los mayores de 65 años se ven afectados, porcentaje que se eleva hasta el 50% para la franja de más de 80 años, lo que equivale a que más de 1,5 millones de personas, en España, sufren directamente la enfermedad.
Fases de la enfermedad de Alzheimer
Podríamos distinguir 3 estadios principales en la enfermedad según sus manifestaciones:
Fase incipiente del paciente:
- Se vuelve olvidadizo, especialmente sobre hechos recientes.
- Puede tener alguna dificultad en la comunicación, como por ejemplo al buscar una palabra concreta.
- Tiene alguna desorientación en lugares familiares.
- Pierde la noción del tiempo, incluyendo el día, mes, año y la estación.
- Tiene dificultades en la toma de decisiones y a la hora de manejar las finanzas personales.
- Tiene dificultad para realizar tareas domésticas complejas.
- Puede presentar ansiedad y depresión y en ocasiones agresividad
Fase media:
Además de agudizarse los síntomas anteriores, se dan nuevas manifestaciones:
- Necesita ayuda con el cuidado personal (para ir al baño, asearse o vestirse).
- Es incapaz de llevar a cabo con éxito actividades como preparar la comida, cocinar, limpiar o ir a hacer recados.
- Ya no es capaz de vivir solo en condiciones seguras sin un apoyo considerable.
- Los cambios en el comportamiento pueden incluir vagar desorientado, repetición de preguntas, llamadas constantes, aferramiento hacia el cuidador, trastornos del sueño o alucinaciones (ver u oír cosas que no existen).
- Puede mostrar un comportamiento desapropiado en casa o en el vecindario (desinhibición o agresividad).
En la fase más grave de la enfermedad:
- Tiene dificultades para reconocer lo que pasa a su alrededor y no es capaz de ubicarse en el domicilio o la residencia.
- Incapaz de reconocer a sus familiares, amigos y objetos familiares.
- Incapaz de comer sin ayuda, puede tener dificultades para tragar correctamente. Puede tener incontinencia urinaria o fecal.
- Tiene problemas de movilidad; puede perder la capacidad de andar y quedarse en una silla de ruedas o en la cama.
- Cambios en el comportamiento; pueden agravarse incluyendo agresividad y agitación.
Conociendo cuál es la situación detallada de las personas que lo padecen, entendemos el peso que recae en las familias y cuidadores. El papel del cuidador es fundamental, toda la ayuda que asociaciones y organismos públicos puedan prestar es de un valor incalculable. Desde esta entrada queremos referir a la web del Fundación Alzheimer España donde ofrecen todo tipo de información para aquellos que os dedicáis a esta valiosísima tarea con vuestros seres más queridos.
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