Cuando un grupo de personas requiere de un día mundial de concienciación, como es el caso del autismo, quiere decir, entre otras cosas, que son un grupo mucho mayor de lo que normalmente pensamos. Este es el caso del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo que celebra hoy la ONU.
Con una prevalencia de 1-2 niños por cada 1.000 en el mundo, la población global de personas afectadas por este trastorno del desarrollo se estima en unos 26 millones. Sin embargo, hay datos como que la tasa de adultos con trastornos de este tipo en el Reino Unido es superior al 1 por ciento, hacen pensar que la cifra real es probablemente mayor.
El autismo consiste en una familia de trastornos del desarrollo neurológico del niño (llamados “trastornos del espectro autista”, TEA) que se manifiestan en un área tan importante como la interacción con los demás, así como en la comunicación y en la realización de tareas repetitivas; sin embargo, este tipo de trastornos puede variar mucho entre sí, así como el modo en que se manifiestan en cada individuo.
Aunque las causas concretas de su origen y sus manifestaciones exactas son todavía algo elusivas, existe consenso en considerar que tiene un fuerte componente genético que afecta al desarrollo de áreas del cerebro encargadas de procesar la información social. Así, las personas con TEAs tienen dificultades para entender cómo se sienten los demás, atribuirles intenciones o para comprender la ironía o figuras metafóricas del lenguaje. Al mismo, existen variantes del TEA que desarrollan habilidades inusuales a la hora de procesar otros tipos de información, ya sea matemática o visual.
Pero la realidad principal es que existen muchos adultos con este tipo de trastorno, necesitados de una mayor concienciación social y política. Buena parte de las personas con este tipo de trastorno podrían hacer una vida normal con apoyo suficiente. Al igual que en otras discapacidades, esto implica apoyo escolar para favorecer una formación profesional adecuada; apoyo sanitario para su detección temprana; o, políticas que favorezcan su integración laboral. Si a una discapacidad le añadimos la, ya de por sí, devastadora realidad de no recibir empleo, nos encontramos con una realidad muy difícil para cualquier individuo.
Más información | FESPAU (Federación Española de Personas con Autismo)
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