El acceso a dispositivos y recursos electrónicos resulta prácticamente inevitable en nuestro día a día. Nos despertamos de la mano de la tecnología, trabajamos con ella, e incluso la mayoría de nuestras relaciones interpersonales se ven canalizadas a través de dispositivos móviles. Los beneficios y comodidades que aportan a nuestras vidas están a la vista. Sin embargo, la tecnología no tiene el mismo impacto en todas las personas y hay quienes tienden a desarrollar trastornos de conducta y la denominada dependencia tecnológica.
La dependencia tecnológica podría definirse como un deseo incontrolable de estar constantemente en contacto y uso de cualquier dispositivo electrónico y/o tecnológico. En ausencia de este tipo de dispositivos, como smartphones, tablets, televisores, videojuegos u ordenadores, la dependencia tecnológica puede llegar a generar una serie de consecuencias negativas en aquellos que lo sufren, como por ejemplo:
- Ansiedad y depresión, fruto a su vez del uso excesivo de redes sociales.
- Irritabilidad y frustración.
- Baja autoestima.
- Rendimiento académico y/o laboral escaso o nulo.
- Trastornos de sueño.
Una dependencia tecnológica puede ocurrir en usuarios con perfiles muy diversos. Sin embargo, estudios han demostrado que dicho comportamiento tiende a acontecer entre los más jóvenes, puesto que el 50% de los adolescentes se consideran adictos a dispositivos electrónicos. Aunque no nos lo parezca, una dependencia tecnológica puede estar afectándonos sin que seamos conscientes de ello, ya que hay momentos y situaciones que pueden llegar a normalizarse. Y tú, ¿te identificas en alguna de las situaciones presentadas a continuación para comprobar si sufres de dependencia tecnológica?
Comportamientos que indican dependencia
- Cuando estás reunido, ya sea con amigos, familiares o compañeros de trabajo, te es imposible dejar el móvil por unas horas y acceder a tus principales aplicaciones resulta inevitable.
- El smartphone es lo primero que miras al despertar. Es cierto que nuestros móviles se han convertido en la herramienta más sencilla y accesible para usar como despertador; sin embargo, si no consigues despegarte de la pantalla desde el primer minuto desde que abres los ojos, probablemente sea una señal de dependencia tecnológica.
- Ciertas situaciones cambian tu estado de ánimo: si cuando estás sin cobertura, te quedas sin batería, no tienes acceso a Internet o sales de casa sin móvil te pones nervioso o sientes ansiedad, probablemente sufras nomofobia, o miedo a estar desconectado. Esta fobia, que representa una de las maneras de sufrir dependencia tecnológica, puede estar relacionada con el miedo a perder información y recuerdos personales almacenados en nuestros dispositivos.
- Si vives completamente alejado y aislado del contacto físico con tus seres más cercanos y la única vía para socializar son tus perfiles de redes sociales, deberías plantearte que la tecnología se ha vuelto el eje central de tu vida y padeces una subordinación hacia esta.
¿Cómo puedo despegarme de la tecnología?
Puede que al leer algunos de los comportamientos mencionados en el apartado anterior hayas tenido la sensación de que alguna vez te ha pasado algo similar, o directamente sufres de dependencia tecnológica. Algunos consejos que puedes seguir para apartar tu vida de dispositivos electrónicos son los siguientes:
- Fíjate un horario para utilizar tus dispositivos. Conseguir establecer un límite de tiempo mediante disciplina y esfuerzo te ayudará a reducir el número de horas frente a las pantallas y así crear una rutina más saludable.
- Reflexiona y encuentra alternativas. El primer paso para superar la dependencia a la tecnología es admitir que la padeces. Ser consciente de ello a la hora de buscar otras opciones para tu tiempo libre, como la lectura o practicar deporte, te ayudará a ‘desintoxicarte’ de aparatos electrónicos.
- Acude a terapia. Fuera tabús y prejuicios, si crees que la dependencia está llegando demasiado lejos, la mejor solución para tus problemas con dispositivos electrónicos (o los de alguien cercano a ti) es recurrir a un profesional.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.