Gestión del riesgo, coste de oportunidad, interés compuesto, estado de resultados… Son varios los conceptos básicos de finanzas que ayudarían a la población española a gestionar sus cuentas mensuales, a la hora de emprender un negocio, ahorrar o invertir de cara al futuro. Sin embargo, muchos de los españoles no tienen la educación financiera suficiente como para gestionar sus propias finanzas. Diferentes estudios así lo demuestran.
El comparador ‘Rastreator’ afirmaba que hasta el 64% de los españoles reconocía que sus conocimientos en materia financiera eran tan escasos que encontraban dificultades para valorar las opciones más idóneas para sus necesidades. Además, el 37% reconocía haber contratado un producto financiero sin entender lo que significaba.
Por su parte, el informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) del año 2015 concluye que el 24,7% de los estudiantes estudiados (niños españoles de entre 13 y 15 años) suspendió la prueba sobre teoría financiera. Es decir, 1 de cada 4 niños es incapaz de entender una factura, reconocer productos financieros o usar una tarjeta de crédito.
La agencia de préstamos online Creditea se preguntaba si los españoles eran conscientes de esta falta de educación financiera. La respuesta: el 75,5% de la población de España sabe que mejorar sus conocimientos financieros le ayudaría a optimizar y entender la gestión de sus finanzas.
La gestión financiera a lo largo de nuestra vida
El Día de la Educación Financiera es una iniciativa de Finanzasparatodos, el Plan de Educación Financiera desarrollado por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, con la colaboración de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones y la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional.
El objetivo que persigue esta iniciativa es el de concienciar de la importancia de adquirir un nivel de conocimientos y cultura financiera para las diferentes etapas de la vida. Tal y como se explica, el crecimiento de una persona desde la infancia hasta la vejez requiere, igualmente, de adaptar nuestros conocimientos financieros, en función de las necesidades de cada etapa.
Debemos educar a nuestros hijos para que sean capaces de tomar pequeñas decisiones económicas y ayudarles a adquirir buenos hábitos financieros. Posteriormente, tendremos que continuar adaptando nuestro nivel de finanzas al desarrollo de una persona adulta: la etapa del primer empleo o la compra de un coche o una vivienda. También, en función del salto de la gestión de nuestras finanzas a vivir con otra persona y compartir gastos e ingresos, incluso si la familia crece. Otras etapas en las que serán decisivos los conocimientos financieros serán a la hora de planificar la jubilación del futuro, cómo afrontar económicamente una situación de desempleo o saber qué necesidades económicas adicionales necesitaremos en caso de dependencia por enfermedad, edad o accidente.
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