A pesar de ser uno de los debates más encendidos de la política nacional en los últimos años, lo cierto e innegable es que España es uno de los países de Europa más generoso a la hora de brindar Sanidad pública y universal a sus ciudadanos. A todos nos encanta este modelo y podemos sacar pecho a la hora de hablar de nuestra Sanidad, por el contrario, parece que sí está en entredicho la sostenibilidad del sistema.
Sin embargo, pese a estar en la agenda política, parece que en nuestro país es altamente impopular hablar de cualquier modelo que suponga un cambio a lo establecido en materia sanitaria, de ahí precisamente surge la dificultad para tomar decisiones que habrían de salvar la Sanidad que todos apreciamos y disfrutamos.
Copago sanitario: contexto internacional
Un estudio realizado por FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) analiza los sistemas sanitarios europeos y reflexiona sobre cómo podría hacer frente a los retos actuales la Sanidad española.
Para un ciudadano español puede resultar extraño pagar por la salud. En España solo se ha aplicado el copago en materia farmacéutica, que es un contexto común para todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, en muchos países europeos la gratuidad es rara de encontrar: por ejemplo, en Austria ronda los 10 euros diarios, hasta los 75 euros de Irlanda. Cada uno de los sistemas sanitarios de nuestros vecinos comunitarios funciona de una u otra manera, pero asumiendo la participación de los pacientes en el coste de los bienes y servicios sanitarios.
Además, los investigadores que han realizado este estudio proponen una serie de recomendaciones para el sistema de salud español, en el que propone una serie de revisiones del copago farmacéutico actual y articula algunas nuevas para su inclusión (no directamente referidas a los medicamentos). De estos nuevos, por ejemplo, añade: la ampliación de los servicios de la Sanidad, como podría ser la podología, pero co-financiado por el usuario.
Pensionistas, pérdida de valor adquisitivo y medicinas
Los mayores de 65 años son un colectivo especialmente delicado y más aún en lo tocante a tratamientos de salud y medicamentos asociados. Con el Real Decreto Ley 16/2012 cambiaron muchas reglas del juego que afectaron de forma directa a este sector de la población.
Los pensionistas, que ya de por sí habían perdido valor adquisitivo debido a la crisis, se veían ahora obligados a pagar unos medicamentos y tratamientos hasta ahora prácticamente financiados por el Sistema Nacional de Salud. Empezaron a pagar por los medicamentos de prescripción ambulatoria un 10% del precio, con un límite mensual de 8€ para los que perciben menos de 18.000€ al año, 18€ para los que están en el tramo entre 18.000€ y 100.000€ y 60€ para los que lo sobrepasan.
El gasto del Estado en la sanidad pública supone un 9% del PIB. El envejecimiento de la población ha derivado en un interés por controlar el uso excesivo del SNS y una compensación para mantenerlo como un sistema sostenible. En cualquier caso, los políticos tendrán que hacer caso a estudios, investigaciones y análisis como este, por parte de expertos, de cara a que el sistema siga gozando de buena salud y todos hagamos por ello, aunque tengamos que arrimar el hombro con pequeñas aportaciones económicas.
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