La incapacidad permanente es aquella que se otorga a las personas que se ven afectadas por una enfermedad o accidente y, en consecuencia, están incapacitadas para trabajar de manera presumiblemente definitiva. Existen casos en los cuales, por la avanzada edad, se presenta la duda de si es compatible percibir una pensión de incapacidad permanente junto con el cobro de la pensión de jubilación.
En líneas generales, según la Seguridad Social, ambas pensiones son incompatibles cuando son del mismo régimen, en cuyo caso lo que la persona debe hacer es optar por una de las dos pensiones.
Sin embargo, existen algunas excepciones. La más clara en este sentido se presenta cuando la causa de la incapacidad permanente es un accidente laboral ya que, en este caso, la persona puede compatibilizar esta pensión con cualquier otra, amparándose en el Reglamento de Accidentes de Trabajo, vigente desde el año 1956.
Asimismo, la pensión de incapacidad permanente es compatible con la de jubilación de otro régimen distinto. Esto quiere decir que, si las cotizaciones por las que se reconoce la jubilación sirvieron solamente para cuantificar la incapacidad permanente, ambas pueden ser compatibles entre ellas. En este caso, la Seguridad Social deberá calcular cada una de las pensiones con las cotizaciones convenientes de cada régimen. Deberán, además, recalcular la pensión de incapacidad, sin contar con las cotizaciones del régimen que reconoce la pensión de jubilación. Esto aplica a todos los tipos de incapacidad permanente. Por tanto, si bien en general se consideran incompatibles, existen casos en los cuales sí se pueden percibir ambas pensiones.
Es importante tener en cuenta la importancia de una buena asesoría en estos asuntos, para poder tomar la mejor decisión de cara al futuro en situaciones como estas, en las que cabe analizar cada caso para ver el mayor beneficio para las personas afectadas.
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