España es un país lleno de riquezas culturales, naturales, gastronómicas y, por supuesto, vinícolas. La climatología, el suelo y la cantidad de luz solar que hay en nuestro país hacen que se creen las condiciones perfectas para albergar una buena cosecha de uva.
Durante las últimas décadas, España se ha situado como uno de los países con mejores vinos del mundo. Una de las Denominaciones de Origen que más triunfan dentro y fuera de nuestras fronteras es la de Ribera del Duero. Constituida en 1982, engloba los vinos producidos en las provincias castellano-leonesas de Burgos, Valladolid, Segovia y Soria. La extensión del cultivo de viñedos en esta región es de 21.000 hectáreas, y cuenta con unos 8.000 viticultores y cerca de 300 bodegas.
Su nombre viene determinado por el río que recorre estas provincias. El Duero es el tercer río más largo de España, después del Tajo y el Ebro. Con un curso de casi 900 km, nace en los Picos de Urbión, en Soria, y desemboca en el océano Atlántico, en la ciudad portuguesa de Oporto. Su recorrido está salpicado de pueblos y valles que, aprovechando preciosos páramos, colinas y vaguadas, han desarrollado su actividad económica en torno a actividades agrarias y turísticas.
¿Por dónde empezar la ruta?
El enoturismo ofrece más alternativas, además de la cata de vinos, de las que puede disfrutar toda la familia. Sin ir más lejos, sus paisajes y monumentos llenos de historia y belleza bien merecen una visita. Son más de cien los pueblos que acompañan a la Ribera del Duero en su recorrido. Algunos de los más famosos son: Peñafiel, donde lo más destacable es su castillo y el barrio judío; Roa de Duero, que aún conserva la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVI y los restos de la muralla medieval del siglo XIII, o el monumento a El Empecinado, un famoso guerrillero ahorcado en este pueblo en 1825; Aranda del Duero, con la Iglesia de Santa María o la de San Juan, el Palacio de los Berdugo o el puente medieval de las Tenerías, con una gran vista del Río Duero; y San Esteban de Gormaz, con una gran arquitectura popular romana, ejemplificada en los templos de San Miguel y de Santa María del Rivero.
Unas líneas básicas sobre el vino
En la Ribera del Duero se cultivan distintos tipos de uva y sus vinos son de lo más variado. De hecho, son más de 1.200 marcas –que se pueden encontrar en las más de 300 bodegas de esta zona– las que llevan el sello de la Denominación de Origen Ribera del Duero y de las que siempre se ha dicho que existe un vino de gran calidad para cada persona y cada ocasión.
Los vinos de la D.O. Ribera del Duero son esencialmente tintos, aunque también existen rosados. Los vinos tintos son longevos, de hecho hay quien los ha definido como los más añosos de España, llegando al paladar del consumidor mostrando en múltiples notas de sabor, color y olor por su largo proceso de lenta evolución. El 90% de los viñedos son de uva Tempranillo, denominada genéricamente Tinta del País en esta región. Una uva que encuentra en esta zona las condiciones perfectas para su crecimiento, pues necesita altas temperaturas durante el día y muy frías durante la noche.
En el caso del Rosado, ha sido fermentado sin el hollejo de la uva. Su color rosa fresa es muy distintivo y su aroma frutal característico de bayas silvestres es típico de las variedades Tempranillo y Albillo. El sabor evoca la frescura típica de estas frutas. Podemos disfrutarlo poco tiempo después de la vendimia.
Siempre bajo la máxima de que los vinos hay que hacerlos para disfrutar, los nuevos estilos y métodos en el cultivo que han ido dando los entendidos de la zona a la producción de sus caldos ha permitido crear una industria basada en la valía empresarial y comercial de los profesionales de esta zona.
Tres bodegas de visita obligada
Si eres un gran amante del vino, es imperdonable que no visites esta zona de Castilla y León y no pases por una de sus bodegas.
Entre tantas para elegir, te proponemos las de Protos, en Peñafiel (Valladolid), y Anguix (Burgos). Puedes visitar ambas bodegas, alojadas entre unos bonitos paisajes montañosos, y degustar la gran variedad de sus vinos. En las Bodegas Arzuaga Navarro, en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), además de visitar la bodega podrás conocer la Finca La Planta y la reserva de animales salvajes, como ciervos y jabalíes. La Bodega Portia se aloja en un edificio que fue catalogado como el de mejor diseño de Europa en 2011, gracias al trabajo del arquitecto Norman Foster. Además de deleitarte con la belleza del enclave, podrás degustar los vinos y caldos que se elaboran aquí.
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