Ya han pasado más de seis meses desde que el teletrabajo se coló, de forma abrupta, en nuestras casas. Son cada vez más empresas las que optan por esta modalidad conforme se requiere el aislamiento, mantener la distancia social o frenar la curva de contagios.
Durante la pandemia del coronavirus, el teletrabajo se ha convertido en una alternativa para
mantener la actividad productiva e intentar frenar la curva de contagios. Hoy, todo al que su
actividad se lo permite, ha cambiado sus hábitos laborales: nuevos espacios, nuevas formas de gestión del tiempo y nuevos compañeros de trabajo entre los que se encuentran parejas, hijos, padres o incluso compañeros de piso.
Trabajadores y empresas han tenido que adaptarse de manera acelerada a esta modalidad de organización laboral que, hasta la pandemia, aplicaba menos de un 5% de los trabajadores españoles. Sin, embargo este porcentaje ha llegado a aumentar hasta un 30% como consecuencia
de la covid-19, según el último estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IvieLab).
¿Qué les preocupa a los teletrabajadores?
El Instituto de Ingeniería del Conocimiento ha publicado recientemente un informe titulado Teletrabajo como consecuencia de la covid-19: adaptación y experiencia. En él, se analizan, entre otras cosas, las preocupaciones de los teletrabajadores y la autopercepción de su desempeño laboral. El estudio destaca que un 87% de los encuestados considera que su empresa ha sabido adaptarse a la situación actual y sigue siendo capaz de ofrecer un buen servicio.
Además, el 84% de los participantes opina que están haciendo bien su trabajo, el 80%
cree que su empresa confía en ellos y el 77% se siente apoyado por sus compañeros. Este optimismo contrasta con que el 50% de los participantes de la encuesta está preocupado por mantener su trabajo y un porcentaje mayor, el 75% de los encuestados, lo está por cómo afectará esta situación a su empresa.
Ventajas y dificultades
No cabe duda de que, a simple vista, son muchas las potenciales ventajas del teletrabajo, que van desde la mayor flexibilidad laboral, la reducción de desplazamientos y, en teoría, una mejor compatibilidad del trabajo y vida familiar. Sobresalen los problemas relacionados con los horarios, que pueden traducirse en trabajar poco o en exceso. De hecho, el estudio llevado a cabo por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento subraya que las principales dificultades a las que se han enfrentado los españoles con el teletrabajo están relacionadas con la gestión del tiempo. Es más, un 43% de los encuestados encuentra dificultades para diferenciar los momentos de trabajo y de ocio. Y un 23% de ellos manifiesta problemas para organizar su jornada laboral.
Otros inconvenientes apuntan a los derivados de una mala comunicación con su equipo o clientes. “Con la tecnología disponible, podemos seguir teniendo trato y desarrollando nuestra actividad, pero falta el contacto físico y las conversaciones no relacionadas con el trabajo que descargan los momentos de tensión”, explica la psicóloga y mutualista de PSN Dolores Sánchez. Y
prosigue: “Salvo excepciones, somos seres sociales. Es sano relacionarse socialmente, el acercamiento y sentirse parte de una comunidad. Eso nos hace sentirnos mejor, nos ayuda en nuestro desarrollo personal y afecta a nuestra estabilidad emocional”.
Por otro lado, el teletrabajo también ofrece dificultades ergonómicas, ya que no siempre tenemos la mejor equipación del espacio físico y la temperatura y la luz pueden no ser las adecuadas. Asimismo, destaca la tendencia al sedentarismo o cierto caos en los horarios de comidas, motivado por las prisas y las continuas visitas a la nevera. Por otro lado, el estudio deja claro que la utilización de las herramientas tecnológicas no parece ser una dificultad, pero sí resolver las incidencias técnicas.
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