Los bebés recién nacidos, y hasta los seis meses de edad, respiran únicamente por la nariz. Hasta que no desarrollan los músculos de la lengua, la cara y el paladar no comienzan a respirar por la boca. El problema surge cuando es esta segunda vía la que se utiliza en exclusividad, provocando alteraciones bucales, faciales e incluso en el aprendizaje. Las expertas Diana Lameiro y Úrsula Antúnez, del centro Lingoreta, especializado en Logopedia, Psicología y Pedadogía, entre otras disciplinas, han charlado con la Revista PSN para detallar la importancia de la respiración nasal.
La respiración, con sus dos fases, inspiración y espiración, es un acto involuntario que, en condiciones normales, se realiza por vía nasal. Se trata de un acto fisiológico instintivo, y además existen una serie de motivos físicos que propician que así sea.
El vello y la mucosa de las fosas nasales limpian de partículas de polvo, dañinas para los pulmones, el aire que inspiramos. Además, las narinas u orificios nasales se encargan de regular la humedad y temperatura del aire para que sea apropiado para los pulmones, evitando tanto la sequedad como los enfriamientos. Respirando por la nariz, asimismo, se mantiene el equilibrio correcto entre el oxígeno y el dióxido de carbono en la sangre. Por último, la respiración nasal es necesaria para prevenir las malformaciones músculo-esqueléticas que tendrían lugar debido a la falta de equilibrio óseo si se respira por la boca de forma continuada y que harían necesaria la ortodoncia. De este modo, una buena respiración nasal, además, evita infecciones en sistema respiratorio.
Entonces, ¿cuál es el motivo por el cual los más pequeños comienzan a respirar por la boca? La respiración bucal se produce por una obstrucción de las vías aéreas superiores. Las causas pueden ser diversas: una alergia, desviación del tabique o vegetaciones, entre otros muchos motivos. Aunque en un principio pueda resultar algo nimio y transitorio, si se mantiene en el tiempo, como ya se ha señalado, puede desencadenar desde deformaciones orofaciales hasta influir en la salud del menor, afectando no solo a la estética sino también a la función.
En el aspecto facial suele producirse un desarrollo anormal. La cara, la boca y las arcadas dentarias serán más estrechas de lo habitual pues, al respirar por la boca, la lengua desciende y el paladar se estrecha. Los labios tendrán dificultades para llevar a cabo el sellado labial. Los dientes alterarán su posición dando lugar a posibles problemas de habla y deglución.
Adicionalmente, y en los casos más agudos, puede provocar una concentración pobre de oxígeno en la sangre, lo que conllevaría a una posible apnea del sueño, aparición de presión arterial alta, cansancio diurno y falta de concentración.
Para corregir el patrón respiratorio bucal, lo primero es consultar con el otorrino y/o alergólogo, a fin de averiguar cuál es el origen de la obstrucción. En caso de que exista dicho problema, se llevará a cabo el tratamiento pertinente para corregir lo antes posible la afectación. Posteriormente, ya sea por causas orgánicas o por un mal hábito, es conveniente la valoración de un logopeda para la total recuperación.
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