null Qué son los gastos hormiga y cómo evitarlos

Estamos seguros de que a final de mes, cuando llega el momento de calcular cuánto has ahorrado y, por contra, cuánto has gastado, sabes identificar perfectamente ciertas cantidades de dinero que han salido de tu cuenta corriente. El pago del alquiler o la hipoteca, el plazo del coche, las facturas del gas o la luz o la suma total de las compras en el supermercado son gastos reconocibles. Sin embargo, ¿sabrías indicar cuánto te has gastado en tazas de café durante este mes? ¿O cuántos productos de snacks, dulces y salados, has comprado? Estos pequeños desembolsos, reconocidos como gastos hormiga, son los responsables de que no sepamos qué hacemos exactamente con nuestro dinero.

Pongamos un ejemplo para verlo más visualmente. Siguiendo nuestros consejos de planificación financiera, dedicas una pequeña parte de tu tiempo a recopilar mensualmente tu balance de finanzas personales, es decir, cuánto ingresas al mes y cuánto gastas. Por los extractos bancarios identificas que cierto día sacas dinero de tu cuenta en efectivo, por ejemplo 50 euros. ¿Pero qué hiciste con esos 50 euros? Quizá no recuerdes que ese día desayunaste de camino al trabajo (2.50€), comiste fuera en un restaurante (9€), te compraste una barrita de cereales y un refresco a media tarde (2€) y, como se te hizo tarde en el trabajo, tuviste que pedir un taxi a la vuelta (13€). Quizá sea un poco excesivo para un día cualquiera, pero de esos 50 euros iniciales ya has consumido más de la mitad.

Qué son los gastos hormiga

Estos desembolsos que utilizamos en el ejemplo anterior son los famosos gastos hormiga. Se llaman así porque son tan pequeños como las hormigas, prácticamente identificables. Pero, ¿sabías que se estima que las hormigas, de media, pueden levantar hasta 20 veces su peso? Además, si estos diminutos insectos trabajan en equipo serían capaces de levantar grandes animales como a un elefante. Por ello, la denominación de gastos hormiga: son pequeños pero tan poderosos que pueden echarte a perder todo tu presupuesto.

El problema es que, en muchas ocasiones, es difícil detectarlos. Principalmente porque el método de pago que utilizamos con estos gastos es el efectivo. Como veíamos, sacamos dinero del cajero y lo utilizamos para cualquier pequeño gasto, sin llevar un control férreo de cuántas veces desayunamos o comemos fuera de casa o cuánto nos hemos gastado en taxis. Por ello, el primer consejo es identificar la cantidad de dinero que derivan estos gastos hormiga de forma mensual. No es necesario que utilices una libreta y un bolígrafo en todo momento, ya que tu gran aliado estará siempre en tu bolsillo. Puedes apuntar cada pequeña compra en tu smartphone.

Consejos y alternativas para reducir los gastos hormiga

Realizando una pequeña categorización de los gastos hormiga podremos identificar en qué estamos dispuestos a recortar, cuáles son las verdaderas necesidades y cuáles son los caprichos pasajeros.

Plataformas de streaming: vivimos en una sobresaturación de plataformas que nos ofrecen distintos servicios: cine, televisión, música, lectura… E incluso podemos estar dados de alta en varias plataformas del mismo servicio ya que sus productos son diferentes. Ahora la reflexión es interna a cada persona: ¿realmente la utilizas? Si estás pagando por una plataforma que no entras durante el mes es que no es indispensable. Sin embargo, si es un servicio que te permite desconectar o se trata de tu hobby sí que es indispensable. Entonces, podremos considerar que este no es un gasto hormiga, aunque sí que te recomendamos que eches un vistazo a promociones o packs familiares que suelen salir más rentables para los usuarios de las plataformas.

Transporte: si realizas todos tus viajes con tu coche particular, al mes estarás gastando una cantidad considerable en combustible. Más allá, hay que sumarle el mantenimiento del vehículo, el seguro del coche, la ITV, etc. En algunos casos, por lejanía o falta de conexiones, no existe alternativa. En otros, sí que puedes evitar coger el coche de forma diaria y optar por el transporte público. No solo estarás ayudando a tu economía, sino que también le echarás una mano al medio ambiente. Además, gracias a la tecnología disponemos de diferentes alternativas en cuanto al método de transporte que nos ayudarán a movernos por la ciudad o, al menos, a compartir los gastos: carsharing, BlablaCar, alquiler de bicicletas, etc.

Comer fuera de casa. Según el estudio ‘Restauración en España 2018’ elaborado por Fintonic, los españoles gastan, de media al día, cinco euros en bares y restaurantes. Es decir, al año un español desembolsa 1.859 euros en hostelería. En este punto, no debes limitar tus salidas con amigos o familiares, sino ser consciente de cada gasto. Por ejemplo, dedica una parte de tu día o de la semana a preparar comidas caseras que llevar al trabajo. No solo gastas menos dinero, sino que además comerás más sano. Del dinero que ahorres por no acudir a restaurantes de forma diaria podrás dedicar una parte a tomar algo con tus amigos al salir del trabajo y otra parte al ahorro.

Invertir los antiguos gastos hormiga

Si ya has logrado identificar cuánto gastas de forma banal al mes, ha llegado la hora de reflexionar qué hacer. ¿Quieres seguir derrochando esa cantidad de dinero? ¿Te gustaría continuar gastando una pequeña parte dedicada a un café o un snack pero teniendo el control? ¿Qué te parece si el resto lo ahorras e inviertes para ver aumentado tu capital?

Es importante fijarse unas metas financieras de cara a ahorrar. No todos los objetivos serán iguales, ni los cumpliremos en el mismo plazo de tiempo. Por ejemplo, no será lo mismo ahorrar para emprender un negocio, que hacerlo con el propósito de realizar un viaje que tengas como sueño (por ejemplo un safari por Kenia) o simplemente porque necesites dinero de cara a la educación de tus hijos.

En cualquiera de los casos, si ya has determinado cuál va a ser la cantidad de dinero que vas a eliminar de estos gastos hormiga, puedes optar por contratar un plan de ahorro para el futuro. En función de tus necesidades, se amolda más a tu perfil, por ejemplo, PSN Ahorro Flexible o PSN Rentabilidad Creciente PPA. Otra alternativa reside en los fondos de inversión, PSN Unit Linked o PSN PIAS Inversión. Con cualquiera de estas opciones, lo único seguro es que habrás conseguido transformar un antiguo gasto hormiga en una pequeña aportación a tus finanzas personales.

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