null ¿Qué es y cómo se puede afrontar la dislexia infantil?

¿Qué es y cómo se puede afrontar la dislexia infantil?

La dislexia infantil supone una dificultad para el aprendizaje de lectura y escritura que afecta a muchos niños. Pero los efectos pueden paliarse siempre que los padres, los hijos y el entorno escolar y médico pongan los medios oportunos. Por ello, contar con información precisa sobre la dislexia infantil te ayudará a mitigar su incidencia en los pequeños.

Aprende a identificar la dislexia infantil

En primer lugar, es importante que sepas qué es la dislexia infantil. A grandes rasgos, se trata de una complicación para leer y escribir. Sin embargo, no ha de confundirse con algunas dificultades comunes para la lectura y escritura. La dislexia infantil se caracteriza por un impedimento cerebral para visualizar las palabras o bien para asociarlas correctamente con su significado. Todavía no se ha dado con la causa exacta de la dislexia, pero hay indicios que apuntan a que puede deberse a un fallo del sistema nervioso central a la hora de organizar los símbolos gráficos. Además, también sabemos que se transmite de manera hereditaria.

Por otro lado, aunque podemos observar los síntomas de la dislexia infantil en las personas mayores, nos conviene identificarlos de la manera más precoz posible. Esto es fundamental para conseguir tanto un diagnóstico temprano como un tratamiento eficaz. No obstante, es complicado afirmar que un niño tiene dislexia antes de los 7 u 8 años, ya que son las edades de empezar a hablar y escribir con un mínimo de soltura. De todos modos, antes de esas edades, puedes estar pendiente de, por ejemplo, la manera de atarse los zapatos, coger el lápiz, o las confusiones entre izquierda y derecha.

Grosso modo, los síntomas más claros de la dislexia se evidencian en los cambios en las palabras tanto escritas como habladas: dificultades con las frases, inversión de palabras, fallos ortográficos, etc.

¿Cómo puedes tratar la dislexia infantil?

Has de saber que es posible amortiguar la incidencia de esta enfermedad y conseguir que los pequeños que la padecen puedan leer y escribir con un nivel más que aceptable.

Una vez comprobados los síntomas, vale la pena visitar tanto a un pediatra como a un psicólogo infantil. Ellos harán pruebas al niño y, en primer lugar, buscarán otras causas a los síntomas que puedan descartar la dislexia. Sin embargo, si confirman el diagnóstico, recomendarán un tratamiento que requerirá de la máxima colaboración por parte de familiares, profesores y de un esfuerzo importante del niño.

Los niños disléxicos pueden ser muy brillantes en muchas facetas del saber, así que, sobre todo, tendrán que superar el choque emocional que produce la complicación que experimentan. Por suerte, un tutor de fonética podrá mejorar su nivel de lectura y también podrán recurrir a material adaptado.

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