null Pequeños cambios de hábitos, beneficios a largo plazo

Tomar la decisión de realizar cambios en nuestra vida no resulta una tarea sencilla, pero los motivos por los que se llevan a cabo acaban mereciendo la pena. Muchos de los hábitos que conforman nuestro día a día son adquiridos inconscientemente a lo largo del tiempo, pero también están aquellos que elegimos adoptar voluntariamente. Ejecutar pequeños cambios de hábitos para mejorar nuestra salud o nuestro estatus económico cuenta con múltiples beneficios a largo plazo.

Comenzar a hacer deporte después del verano, comer más sano tras las comidas de Navidad, o dejar de fumar de manera definitiva son algunos de los propósitos más comunes entre la población para realizar cambios en sus hábitos. Los profesionales de la psicología definen a los hábitos como las acciones y comportamientos aprendidos mediante la repetición de estos, que nos acompañan a diario. Hoy en día solemos escuchar que para adoptar un hábito es necesario ponerlo a prueba durante 21 días, y este razonamiento fue establecido en los 60 por el cirujano plástico Maxwell Maltz. Sin embargo, muchos años después ha quedado demostrado que para introducir una nueva conducta en nuestro día a día y mantenerla en el tiempo se necesita más tiempo, aunque no existe una certeza sobre el número de días necesarios. Lo que sí está claro es que para adoptar nuevos hábitos se precisa de esfuerzo, motivación, constancia y planificación. Estos son algunos de los pequeños cambios de hábitos que puedes incorporar en tu vida para obtener beneficios a largo plazo:

  • Ir al trabajo y volver a casa andando. En un intento de mantenerse activos, saludables y evitando caer en el sedentarismo, uno de los hábitos que podemos adoptar es utilizar nuestro propio cuerpo como método de transporte en nuestro día a día. Si bien es cierto que las circunstancias, tiempo y distancias son variables distintas en cada persona, el objetivo principal se sitúa en moverse y realizar actividad física. Estudios realizados por la Universidad de Leeds han demostrado que ir andando o en bicicleta al trabajo está relacionado una menor probabilidad de sufrir un ataque cardíaco. La OMS recomienda que los adultos de entre 18 y 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales al ejercicio aeróbico. Otra de las recomendaciones más comunes está en caminar un mínimo de 10.000 pasos al día, cerca de 7 kilómetros, para prevenir el sedentarismo, especialmente entre aquellas personas que pasan la mayor parte del día sentados.
  • Deja de consumir azúcar. No es necesario ser especialista en nutrición para conocer los efectos negativos que tiene el consumo de azúcar en nuestra salud. Además de las consecuencias a nivel cardiovascular, hoy en día la diabetes se ha convertido en una enfermedad silenciosa que crece de manera vertiginosa, algo que preocupa a sanitarios y también a la población. De cara a establecer hábitos de vida más saludables, podemos elegir por dejar completamente a un lado el consumo de azúcar y productos que contengan azúcares añadidos. Hacerlo de manera progresiva, o sustituir el azúcar por edulcorantes en caso de necesitarlo, como la estevia, o la miel, puede ayudar a conseguirlo. Erradicar el azúcar de nuestras vidas puede aportar beneficios como mejoras del sueño, del ánimo, mayor energía durante el día, así como una reducción de la presión arterial y prevención de la diabetes.
  • Destina una cantidad de tus ingresos al ahorro. Se trata de una máxima habitual del blog En Confianza a la hora de tratar el ahorro con vistas al futuro, y requiere especial atención. En caso de que no te hayas planteado comenzar a ahorrar o no te veas capaz de destinar una parte de tu capital al ahorro, existen diferentes vías mediante las que podrás establecer un nuevo hábito dentro de tus finanzas personales. Una de ellas es a través de productos de Ahorro e Inversión que no solo te permitan ahorrar, si no también generar rentabilidades a largo plazo. Por otro lado, puedes emplear reglas de ahorro para dar comienzo a nuevas rutinas, como la Regla 50/20/30, la cual nos invita a separar el 20% de los ingresos mensuales para la ‘hucha’ de ahorros.
  • Conciencia ecológica en el día a día. Por último, uno de los cambios de hábitos que puede tener un mayor impacto positivo en la sociedad a largo plazo es adoptar una mayor conciencia ecológica en las acciones que llevamos a cabo en nuestra rutina diaria. Por ejemplo, como mencionamos en el post ‘Tres acciones para ahorrar apoyando el consumo sostenible’, podemos optar por hacer la compra en el comercio local y a granel, o evitar bolsas de plástico y sustituirlas por bolsas reutilizables.
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