Utilizar el móvil fuera de España ha sido una fuente tradicional de sustos durante muchos años. A poco que uno se descuidara en una viaje, la factura del móvil al mes siguiente se encargaba de recordarle el error de haber hecho aquella llamado o haber consultado Internet.
La Unión Europea ya tomó cartas en el asunto en 2012 imponiendo nuevas tarifas máximas, mientras desarrollaba negociaciones con las compañías telefónicas para eliminar las diferencias tarifarias y convertir la UE en un espacio de telecomunicaciones único. El mes pasado, llegaron a un primer acuerdo. A partir de abril de 2016, estas tarifas se reducen en un 75 por ciento, quedando en un máximo de 5 céntimos por minuto en llamadas, dos céntimos para SMS o 5 céntimos por megabyte en uso de Internet en el móvil. Funcionarán como periodo de transición de cara a la eliminación total de los costes extra en toda la UE a partir del 15 de junio de 2017.
El nuevo mecanismo prevée que los costes de uso del teléfono móvil en toda la UE sean idénticos a los del país de origen. Pero habrá límites. Los legisladores quieren evitar posibles abusos (como irse a vivir a otro país con la tarifa en el móvil de otro operador extranjero pero más barato) y, para ello, están dicutiendo un límite que permita utilizar las mismas tarifas durante vacaciones, viajes de negocios o incluso intercambios cortos de estudiantes. Estas estancias en el extranjero no podrán superar los tres o cuatro meses. En tan sólo dos años, uno de los mayores quebraderos de cabeza del uso del móvil habrá desaparecido, al menos en la Unión Europea.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.