La relación entre abuelos y nietos es una de las más importantes en la vida del niño, aunque a menudo no lo tengamos presente. Los abuelos no son sólo un recurso práctico para los padres, sino que también representan un gran fuente de recursos para desarrollar su identidad personal, familiar y emocional a partir del papel que juegan en su vida. Las historias y tradiciones familiares que los abuelos pueden transmitir a sus nietos tienen un valor emocional incalculable en la formación de la personalidad de los niños.
Llegado el momento de la jubilación, nuestro papel como abuelos se verá probablemente reforzado por la edad que tendrán nuestros nietos. Esta función se traduce en situaciones prácticas, como la posibilidad de hacernos cargo de ellos cuando sus padres estén ocupados. Pero también en los consejos que podemos dar sobre la crianza de los niños, e incluso en la posibilidad de apoyar a nuestros nietos cuando sus padres estén pasando por un mal momento.
Una vez disponemos de más tiempo, ¿por qué no tomarnos más en serio nuestra función de abuelos y planificar algunos aspectos? Es mucho lo que podemos hacer por nuestros nietos. Desde planear actividades juntos (excursiones, visitas culturales o simplemente al parque, cuanto más novedosas para el nieto, mejor), a enseñarles alguna habilidad que les pueda interesar (manualidades, una lengua, cómo cultivar la huerta, a tocar un instrumento… algo que hayamos aprendido a lo largo de nuestra vida). Pero, tal vez una de las cosas más importantes que podemos hacer es dejarles el mejor recuerdo posible de la conexión con su historia que encarnamos y sacarnos fotos con ellos en los mejores momentos que compartamos, o, incluso grabar algún vídeo o audio de nuestras conversaciones.
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