Más de una vez hemos hablado de la importancia de entender la vejez como una etapa más en la vida, una en la que el conocimiento acumulado a lo largo de nuestra vida se traduce en un mejor conocimiento de qué nos gusta hacer y cómo vivir mejor. Por ello, llevar a cabo una vejez activa resulta esencial para simplemente ser felices también en esta etapa.
Las actividades que realizan los residentes del gerhotel Los Robles son un buen ejemplo de este planteamiento de la vejez como una etapa más en el desarrollo del individuo. En primer lugar es importante mantener en marcha las capacidades intelectuales. No existe ninguna razón para no seguir pensando y usando la cabeza en ningún momento de la vida. Buenos ejemplos de esto son las visitas a distintos museos que realizan los residentes de Los Robles, exponiendo la mente a nueva información, que, a menudo, ya podemos relacionar con lo que ya sabemos.
Otras visitas a bibliotecas o celebraciones colectivas de fiestas nacionales, como la de la Virgen del Pilar, contribuyen a que los residentes también mantengan una vida social en marcha. Compartir con los demás contribuye a hacernos felices y está relacionado con varios indicadores de salud en general: reduce la presión arterial, mejora notablemente la salud mental y el bienestar emocional, y contribuye a prevenir enfermedades en este ámbito.
Un tercer pilar de una vejez activa es el físico. También en Los Robles se presta atención a varios aspectos del mantenimiento adecuado del cuerpo, a través de sesiones dirigidas a fortalecer la musculatura y preservar la psicomotricidad (la capacidad de controlar nuestra musculatura). En definitiva, mantenerse en marcha en cuerpo, alma y corazón podría resumir exactamente los principios de una vejez activa.
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