null Los planes de pensiones, ¿sólo a final de año?

Los planes de pensiones, ¿sólo a final de año?

El fin de año es sinónimo de fiestas navideñas, de reencuentros, de compartir momentos con nuestros seres queridos... pero también es un clásico encontrarnos con las tradicionales campañas de planes de pensiones que entidades bancarias y aseguradoras ponen en marcha. Es curioso, pero parece como si los planes de pensiones solo existieran entre octubre y diciembre. Las compañías sacan toda su artillería y nos bombardean con bonificaciones extras del 1, 2, 3 y hasta el 6% si traspasamos nuestro plan desde otra entidad, o si realizamos una aportación extraordinaria. ¿Y por qué tanto alarde precisamente a final de año? Muy sencillo, porque hay que aportar antes de que finalice diciembre para que en nuestra cita anual con Hacienda del próximo año, reduzcamos nuestra factura fiscal (hasta un máximo de 8.000 euros). No está nada mal, puede suponer que salgamos de la declaración de la Renta, bien con una sonrisa, bien con un ‘roto’ en el bolsillo.

Pero entonces, ¿por qué son interesantes los planes de pensiones? ¿Simplemente por su fiscalidad? Obviamente no. La fiscalidad no debe entenderse más que como el caramelo que nos ofrecen, en parte porque supone diferir el pago de impuestos que tocará afrontar al cobrar la prestación. Por lo que realmente debe interesarnos de un plan es por su rentabilidad. Hablamos de un instrumento que debe generar rendimientos solamente el binomio buena gestión y comisiones bajas es receta de éxito. Respondida esta primera cuestión, nos surge entonces otra duda: ¿Aportamos solo a fin de año teniendo en cuenta los extras que nos ofrecen las campañas? Pues no necesariamente, es más, en la mayoría de los casos no interesa. Y no interesa porque como en todos los sitios, las campañas tienen letra pequeña, en este caso, en forma de compromiso de permanencia.

¿Cómo es posible que haya quien nos ofrezca un 1% por traspasar el plan y quien ofrezca un 6%? Precisamente porque quien da una bonificación tan elevada te está ‘esclavizando’. Te obligará a que tu plan esté en esa entidad 6, 8, 10 años, y puede permitirse el lujo de adelantarte un interés que tiene asegurado cobrarte en los siguientes ejercicios vía comisiones del propio plan. Y eso no es todo. Esa cadena que te une a la entidad imposibilita que maniobre si la gestión del producto es un desastre y, en lugar de ver como tu inversión crece, ves como se reduce.

Por tanto, la clave es buscar un plan bien gestionado porque eso será sinónimo de rentabilidad (aunque como todos sabemos en inversión no hay garantías 100%) y no atarse a una entidad porque si no te convence algo, podrás cambiar.

En PSN también ofrecemos bonificación. Obviamente al mutualista hay que darles todas las opciones que ofrece el mercado. Nosotros ofrecemos un 1% adicional, eso sí, sin ningún tipo de compromiso de permanencia porque nuestro esfuerzo no se centra en retener al cliente a la fuerza, sino en fidelizarle porque vea que, año a año, nuestra gestión hace que su dinero crezca. Es por ello que, campañas al margen, recomendamos no ceñir las aportaciones al final del año sino hacerlas cuanto antes mejor para no perder los rendimientos del ejercicio en curso, lo que no significará que nuestro beneficio fiscal se vea afectado. Adicionalmente, es interesante realizar aportaciones periódicas porque con esta práctica conseguiremos generar una dinámica constante de ahorro para nuestra futura jubilación que es el objetivo último de estos productos, que están llamados a cubrir el desfase que, sin ninguna duda, se producirá entre nuestros ingresos de la etapa laboral y los que obtendremos a través del Estado una vez jubilados. Y para verlo, nada mejor que simular cada caso concreto en nuestro simulador de jubilación.

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