A día de hoy, encontrar una profesión para la que existan múltiples opciones laborales, paro cero y escasos problemas de intrusismo supone todo un reto. Entre las diferentes ramas de la Ingeniería se encuentran algunos de los perfiles más demandados, pero, entre ellas, existe una que quizá sea una gran desconocida si tenemos en cuenta su adaptabilidad a diversos ámbitos medioambientales y de la industria agroalimentaria. Se trata de la Ingeniería Técnica Agrícola.
"La agricultura y la ganadería se han tecnificado tanto que son imposibles de llevar a cabo de forma eficaz sin la presencia de los ingenieros agrícolas", sentencia Julián Cerdán, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Navarra y La Rioja. Si bien reconoce que hace años era una profesión considerada como "el patito feo de las ingenierías, porque no se entendía que hubiese un ingeniero para ámbitos tan sencillos como la agricultura y la ganadería", ahora hablamos de "una figura relevante por su relación con el medio ambiente y el suministro alimentario".
El origen de la profesión se centraba en abastecer las necesidades de alimento de la población: "Para ello, fuimos introduciendo cambios en los sistemas de laboreo, mejoras de los rendimientos de los cultivos, expansión de superficies cultivables, mecanización de las labores...", continúa Cerdán. Sin embargo, las tareas del colectivo se han mantenido en constante evolución y "con el desarrollo de las técnicas agronómicas, de ahorro de agua, la biotecnología, la genética animal, la mecanización o la ordenación del medio rural, hemos contribuido a la modernización y desarrollo de nuestra sociedad".
Envidiable empleabilidad
Esa tecnificación de la agricultura y la ganadería a la que aludía Cerdán ha abierto nuevos caminos para estos profesionales. Juan Servera, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de las Islas Baleares, enumera multitud de competencias que los profesionales adquieren tras su paso por la universidad, comenzando por "la dirección y gestión de toda clase de industrias agroalimentarias, explotaciones agrícolas y ganaderas, espacios verdes urbanos o rurales. También cuentan con capacidad para firmar estudios de desarrollo rural, de gestión de residuos de este tipo de explotaciones, además de aquellos espacios relacionados con la jardinería y el paisajismo". En todos los casos, además, "asumen un compromiso social, ético y ambiental en sintonía con la realidad del entorno humano y natural".
"Habida cuenta la variedad de opciones, en estos momentos, podríamos hablar de 'pleno empleo' de los ingenieros técnicos agrícolas", afirma Cerdán. Y en este mismo sentido, Gumersindo Sanabria, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla Duero, explica que "su situación laboral actual es envidiable. De hecho, por cada nuevo egresado hay 2,6 ofertas de trabajo esperándole".
Pese a este nivel de empleabilidad y las múltiples opciones de desarrollo, la profesión no se ve sometida a la amenaza del intrusismo, a la que sí hacen frente muchas otras disciplinas destacadas en el mercado laboral. Así lo corroboran los colegios profesionales, siempre en guardia ante la posibilidad de que surja algún caso. De hecho, "el planteamiento está más enfocado a colaborar en aquellos escenarios en los que es posible, y salvaguardar aquellos otros que son exclusivos de los ingenieros técnicos agrícolas recurriendo, si es preciso, a la defensa ante los tribunales", matiza Cerdán.
Reivindicaciones profesionales
Sin embargo, Sanabria pone el foco en la colegiación, aspecto que sí afecta al desarrollo de la profesión, y explica que los funcionarios de profesionales reguladas "tienen la obligación de estar colegiados, siendo ellos mismos los primeros que lo incumplen. De hecho, en nuestra profesión, un 60% de ellos no están colegiados". Y sentencia que "la Administración es responsable subsidiaria de este ejercicio ilegal; exactamente como cualquier empresa que consiente que algunos de sus profesionales no cumpla con la legalidad". También considera que el papel de instituciones como la que él preside debe adquirir más fuerza en el ámbito formativo profesional, y reivindica más presencia de los colegios profesionales en las comisiones de los contenidos de los títulos de las universidades.
Cerdán también opina que es importante abordar las necesidades reales de representación de los profesionales a través de una "nueva Ley de Colegios Profesionales que nos permita una reorganización de la distribución territorial ya que en la actualidad hay 29 Colegios con una 'pequeña anarquía' autonómica".
Las posibilidades de movilidad de los profesionales son otro caballo de batalla para el colectivo, que también persigue "que se trasponga, por el Gobierno Español, la Directiva de Servicios Profesionales con el fin de acercarnos más a una regulación de toda la Unión Europea", explica Juan Servera. De esta forma, se "facilitará aún más la libre circulación de titulados universitarios sin necesidad de solicitar el reconocimiento de títulos en cada país".
Producción ecológica: una respuesta a las nuevas demandas de la sociedad
En la actualidad, tal y como señala Julián Cerdán, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Navarra y La Rioja, “la innovación y los avances tecnológicos están ofreciendo nuevos caminos para el desarrollo de la profesión, más allá de las tradicionales áreas de trabajo, exigiendo al ingeniero agrícola la asimilación de estos cambios. Nuestro reto actual es la respuesta eficiente a las nuevas necesidades de una ciudadanía cada vez más exigente".
El respeto por el entorno y la responsabilidad medioambiental entroncan en esas exigencias. Y en ese sentido, “hay profesionales de la Ingeniería Técnica Agrícola comprometidos con la producción, haciendo uso de las técnicas más respetuosas con el medio ambiente que evitan la contaminación y favorecen la biodiversidad", declara Juan Servera, presidente del Colegio de Baleares. "Se obtienen alimentos más naturales al prescindir para su obtención de sustancias químicas de síntesis, como pesticidas, fertilizantes y aditivos".
Gumersindo Sanabria, al frente del Colegio de Castilla Duero va más allá y destaca en sus declaraciones la importancia de que "los ingenieros técnicos agrícolas dedicados a la producción agrícola estén plenamente formados, no solo científicamente, también éticamente". Y añade que "las técnicas tanto genéticas, como de manejo en todas sus vertientes (sanitario, alimentación, abonado, cultivo, elaboración...) deben de pasar siempre por el respeto al medio ambiente y a las personas. Por tanto, no debería de haber barrera entre lo ecológico y lo industrial. Una debe tender hacia la otra, sin olvidar los principios de rentabilidad y respeto.
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