Tras la intensa y punzante lucha que han llevado a cabo los profesionales sanitarios en los últimos meses para hacer frente al COVID-19 y salvar vidas, las consecuencias físicas y mentales han comenzado a aflorar a medida que conseguimos doblegar la curva de la primera oleada de atención hospitalaria. El personal sanitario ha sido el colectivo más expuesto al virus, y a su vez es ahora el más expuesto a sufrir el impacto mental una vez hemos superado los momentos más difíciles, por lo que resulta imprescindible abordar todas sus necesidades psicológicas.
Ahora que los hospitales vuelven poco a poco a recuperar la normalidad tras semanas y meses de lucha incansable frente al coronavirus, las secuelas psicológicas de quienes han cuidado de nosotros salen a la luz. Los resultados de la investigación ‘Sanicovid-19: impacto emocional frente al trabajo por la pandemia del Covid-19’ llevado a cabo por el Laboratorio de Psicología del Trabajo y Estudios de Seguridad de la Universidad Complutense reflejan parte de la realidad a la que se enfrentan ahora nuestros profesionales sanitarios. Más allá del elevado número de contagios que se ha producido entre el colectivo, el estudio revela que el 53% de sanitarios presenta valores compatibles con estrés postraumático. Este trastorno, según la ‘Guía para la resiliencia frente al estrés provocado por la pandemia de Covid-19’ publicada por la SEMG, aparece tras haber sufrido un evento de tipo traumático y supone alteraciones del ánimo, problemas cognitivos y de conducta.
Asimismo el estudio muestra que el 79,5% de los sanitarios tiene síntomas de ansiedad, compatibles con trastorno de ansiedad severo en un 21,2% del total, y el 51,1% de los trabajadores muestra síntomas depresivos que pueden ser compatibles con depresión severa en el 5,6% de los casos. La exhaustiva labor desempeñada día tras día tiene como consecuencia, además, que los profesionales de la salud sufran el denominado síndrome burnout o “síndrome de estar quemado en el trabajo”, debido a sentimientos prolongados en el tiempo como presión y estrés.
La necesidad de cuidar de quienes nos cuidaron y aún siguen haciéndolo
A lo largo de todas las semanas desde que dio comienzo la crisis sanitaria, la sociedad comenzó a concebir a todos los trabajadores de la salud como “héroes”, y fuimos capaces de mostrar nuestra mejor cara y agradecimiento a través de los aplausos sanitarios cada tarde. Sin embargo, esta concepción puede llegar a añadir una presión adicional en los profesionales sanitarios, dado que aumenta la autoexigencia y con ello la frustración y el estrés, según los profesionales de psicología. Es por ello que la Guía mencionada previamente recomienda a los sanitarios rebajar sus expectativas para evitar frustraciones que deriven en sentimientos de responsabilidad y problemas de ansiedad. Además, esta guía emite una serie de recomendaciones adicionales, entre las que recopilamos:
- Buscar apoyo mutuo junto a compañeros que estén pasando o hayan pasado por las mismas situaciones para dialogar, escucharse y acompañarse en el camino de vuelta a la normalidad, evitando la soledad y fomentando la empatía y los vínculos humanos.
- No olvidar el autocuidado, ya que es imprescindible cumplir con las necesidades y exigencias vitales, como dormir bien, llevar una alimentación saludable, gestionar el tiempo, mantener los hábitos, descargar el estrés… Cuidarse a uno mismo es vital para que evitar que la situación derive en estrés crónico, agotamiento psicofísico u otras patologías. Una de las formas mediante la cual es posible descargar el estrés y mejorar el bienestar emocional es el yoga y la meditación.
Sin embargo, todas estas recomendaciones no son suficientes, ya que los profesionales de la psicología claman por una rápida intervención psicológica en los trabajadores sanitarios para cuidar la salud de un sector imprescindible que, ante un segundo rebrote, se encontraría emocionalmente desgastado.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.