Si levantarnos cada mañana para ir al trabajo nos resulta un suplicio; si cada vez nos importa menos lo que suceda en el mismo y tenemos la sensación de carecer del más mínimo control sobre los resultados o el impacto de nuestra actividad; es posible que estemos padeciendo el conocido como síndrome del burnout, conocido como estar quemado en el trabajo. Esto puede parecernos normal o evidente, pero es importante tomar medidas para mejorar nuestro bienestar. De hecho, la causa principal y más profunda es que hemos dejado de lado nuestro bienestar. Estas son algunas cosas que podemos hacer para recuperar la tranquilidad.
· Relajarnos: Tomarnos las cosas con calma y buscar formas para relajar el cuerpo. Podemos lograrlo mediante técnicas de relajación, comenzando a hacer deporte o simplemente organizándonos mejor.
· Organizarnos: Una de las causas del síndrome es la sensación de pérdida de control. Sentarnos a planificar mejor nuestro día con metas realistas, asignando tiempo suficiente para cada tarea y dejando espacio para recuperar el aliento es una condición necesaria para recobrar la sensación de normalidad. Esto nos dará espacio mental para centrarnos en resolver mejor las tareas que tengamos en frente a cada momento.
· Enriquecer nuestra vida personal: Buscar una actividad que nos motive y haga sentir contentos en nuestro tiempo libre. Si no tenemos tiempo libre, habremos de crearlo. Profundizar en la calidad de nuestra vida familiar o social nos proporcionará una reserva extra de energía para enfrentarnos mejor al trabajo.
· Buscar apoyo: Si notamos que la jornada laboral se nos viene encima, podemos hablar con familiares, amigos o compañeros de confianza. Ellos pueden ofrecernos alternativas para sentirnos mejor y un apoyo social necesario para cuando nos sintamos flaquear. Los compañeros de trabajo también nos pueden dar una buena medida sobre el impacto que nuestro hartazgo puede estar teniendo en el trabajo y en el ambiente laboral.
En definitiva, siempre tenemos un mínimo de margen para decidir sobre qué hacer. En primer lugar, siempre podemos tratar de entender mejor la situación; en segundo, buscar soluciones. Finalmente, cualquier decisión sobre nuestra vida recae finalmente en nosotros.
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