null ¿Estamos ‘quemados’ en el trabajo? (I)

¿Estamos ‘quemados’ en el trabajo? (I)

El fin del año laboral es un buen momento para evaluar nuestra situación el trabajo y la satisfacción que sentimos hacia el modo en que pasamos más de un tercio de nuestro tiempo. Si los sentimientos negativos y la sensación de estar pensando demasiado en nuestra actividad laboral predominan, tal vez tengamos que plantearnos si las cosas deberían ser de esta manera. Tal vez estemos un poco quemados.

El síndrome del burnout, o el estar quemado comenzó a estudiarse a mediados de los '70, cuando el psicólogo Herbert Freudenberger analizó el patrón de agotamiento físico y emocional que percibía entre las enfermeras de una clínica de desintoxicación en Nueva York. Poco a poco, iban sintiendo que su esfuerzo en pro de los demás perdía sentido, se iban agotando y desentendiendo de su trabajo hasta el punto de la negligencia. Freudenberger acuñó el término burnout a partir de sus observaciones.

Pero el burnout no es una enfermedad o trastorno concreto, sino un síndrome; es decir, un conjunto de síntomas. Aunque comparte algunos con la depresión (agotamiento, sentirse con el ánimo bajo y una reducción general del rendimiento), es importante tener en cuenta que, afortunadamente, no lo es y que es posible mejorarlo siguiendo una serie de pautas y reflexiones. En concreto, conviene plantearnos la posibilidad con nuestro médico si observamos los siguiente:

· Agotamiento y falta de motivación: Al agotamiento físico se une el comenzar a odiar más de los habitual el momento de levantarnos por la mañana para ir al trabajo. Este estado anímico puede manifestarse de muchas otras maneras que conviene plantearse.

· Frustración y emociones negativas: Sentimientos de cinismo al plantearnos que nuestro esfuerzo ni sirve para nada ni va a ser recompensado o tenido en cuenta al final del todo. Estas emociones pueden llevarnos a crear un mal ambiente en el trabajo e incluso a tener conflictos con los compañeros.

· Nuestra vida personal y familiar se resiente: Pasamos más tiempo de lo habitual en el trabajo y descuidamos nuestras relaciones sociales y familiares. Perdemos las ganas de nada y nos sentimos inútiles. Este tipo de emociones también tienen un impacto sobre quienes nos rodean. Al mismo tiempo, tratamos de aliviar el estrés con comida basura, bebiendo más de lo habitual o dándonos pequeños placeres que pueden resentir nuestra salud. Nos descuidamos.

Si sospechamos que podemos estar quemados, es importante hablarlo con un especialista o con nuestro médico, ya que es posible mejorar y evitar el impacto negativo sobre nuestra vida. Veremos cómo hacerlo más adelante.

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