La propuesta de reforma fiscal que baraja el Gobierno desde el pasado mes de junio traía como novedad un nuevo vehículo de ahorro a medio plazo conocido como Planes Ahorro 5, llamado así por la redondez de las cifras que lo componen: un tope de 5.000 euros de inversión al año disponibles nuevamente en un plazo de cinco años. El principal aliciente con que este plan de ahorro o seguro busca animar al cliente es que los intereses generados en este periodo de tiempo no tributarán. Por otra parte, la inversión estará garantizada en un 85%.
La incógnita en este momento, ya que los planes podrán comercializarse a partir de 2015, es la rentabilidad que las financieras propondrán. Para ello, hay que tener en cuenta que el plan no especifica si los fondos se han de invertir en activos de renta fija o variable. Al mismo tiempo, el hecho de que se garantice el 85% del depósito implica que también se puede perder un 15% de este, de modo que las rentabilidades podrán ajustarse al riesgo que busque cada inversor. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las estimaciones del sector sobre la futura rentabilidad de estos planes giran en torno al 2-3% TAE. Hay quien no descarta rentabilidades iniciales superiores al buscar las entidades captar la mayor cantidad de clientes.
Las estimaciones de varios medios cifran las rentabilidades de este tipo de depósitos en torno a los 14,25 euros al año por cada 1.000 euros invertidos. Esto, teniendo en cuenta que la cantidad quedará inmovilizada durante cinco años, a fin de no incurrir en la tributación de las plusvalías. En este sentido, la rentabilidad es muy similar a otros productos del mercado, siendo realmente la única ventaja esta exención fiscal.
No obstante, los planes han sido criticados por no ajustarse a la petición del comité de sabios que pedía planes específicos para fomentar el ahorro a largo, y no a medio plazo como ha sido el caso.
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