null El Parque Natural del Cabo de Gata

Según la revista Harpers Bazaar(junio 2016), el Cabo de Gata, ubicado en la provincia de Almería, es el secreto mejor guardado de España. No sabemos si la razón es su increíble litoral salpicado de más de 50 playas y calas, el silencio blanco que recorre sus pueblos, la rocosa geografía que muere en aguas cristalinas...

Desde finales de septiembre y a medida que avanza octubre, parece que el cabo luce más sus encantos, cambia de piel y despierta cuando el bullicio desciende. Es entonces cuando el visitante mejor se adentra en sus rutas y atardeceres. Porque si algo corta la respiración en el Cabo de Gata son los atardeceres frente al mar desde Genoveses, Mónsul, Cala Higuera o Punta de la Polacra.

El Parque Natural

El Parque Natural cuenta con 38.000 hectáreas de terreno protegido y otras 12.000 de mar, con pequeños hoteles y alojamientos. No podrás reservar mesa en un restaurante estrella Michelín, pero nada impedirá que degustes las más exquisitas piezas que sus aguas y sus rocas esconden, y que te deleites en su gastronomía.

Su geografía volcánica de acantilados salvajes y salientes rocosos está suavizada por espectaculares vistas, playas naturales paradisiacas (como las afamadas de Mónsul y Genoveses), y multitud de calas a las que se puede acceder con un poco más de esfuerzo descendiendo por terrenos rocosos o haciendo la travesía en pequeñas embarcaciones. Gata en otoño es un delicioso destino para amantes del senderismo, siempre junto a la costa rota por recónditas calas, escarpados acantilados, áridas colinas, ramblas llenas de gran biodiversidad y blancos cortijos. Otro de sus puntos fuertes es el ecosistema marino que lo habita, con extensas praderas del alga posidonia que dan refugio a gran variedad de peces, moluscos, cangrejos etc. No es extraño que el buceo sea una de sus actividades y placeres estrella.

Un reguero de playas y calas

Es en octubre cuando la bahía más bella del Parque luce con todo su esplendor: la Playa de los Genoveses. Se trata de una playa virgen de dunas de arena fina y dorada. Ubicada en el paraje del Campillo del Genovés, un valle sin apenas construcciones y sin carreteras asfaltadas que conserva la belleza en su estado más puro. Pero dicen los lugareños que la joya que les define es la cala de Enmedio, un pequeña ensenada escondida a un kilómetro y medio, hacia el sur, que hechiza al visitante por sus arenas y rocas blanquísimas, las cuales sacan a relucir en otoño los colores más llamativos de la paleta marina.

En ninguna otra parte del Parque Natural queda mejor reflejado su origen volcánico que en las rocas que rodean la playa de Mónsul. Resultan ser enormes lenguas de lava que llegaron hasta el mar y que el agua y el viento han ido erosionando para formar esta playa y tallar este diamante del mar Mediterráneo. La de Los Muertos es una enorme playa con el agua más azul y cristalina de la zona. También es la playa con el mayor desnivel y con viento fuerte de levante: si las olas rompen con fuerza la playa se corta y es difícil de salir.

El Cabo de Gata posee también hermosas playas de tipo urbano: Agua Amarga, Las Negras, San José, San Miguel o el Playazo de Rodalquilar son una buena muestra de ello. La inmensa playa de Las Salinas queda casi en su totalidad fuera del casco urbano y realmente es una playa natural y salvaje que se pierde en la variedad de su arena.

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