Buenas noticias para quienes tengan bienes inmuebles y estén pensando en su venta. El gobierno ha dado marcha atrás en parte de la reforma fiscal que afecta al tratamiento de las plusvalías derivadas de la venta de patrimonio. El proyecto original de la reforma buscaba eliminar las bonificaciones tributarias vigentes en la venta de inmuebles adquiridos antes de 1994 y sobre las plusvalías adquiridas entre 1996 y 2006. Tras fuertes críticas, la eliminación no será completa.
En concreto, el proyecto anunciaba la eliminación de los coeficientes monetarios y de abatimiento. Los primeros buscaban mitigar el impacto de la inflación y los segundos el impacto del envejecimiento inmueble en el valor de una vivienda. La reforma proponía eliminar ambos en 2015, pero al final se mantendrán las bonificaciones derivadas de los coeficientes de abatimiento, pero con la novedad de que ahora existe un tope de 400.000 euros para su aplicación. Es decir, los beneficios fiscales de la venta se aplicarán a los primeros 400.000 euros de plusvalía generados.
Entre las razones que ha esgrimido el Ejecutivo para eliminar los coeficientes es que los de abatimiento se aprobaron en 1991, cuando la plusvalía tributaba en tarifa general y no en ahorro, como hace hoy. Por otra parte, señala también la arbitrariedad de que una vivienda adquirida en 1994 pueda acogerse a beneficios fiscales y otra adquirida tan sólo un año después no pueda. Los límites temporales suelen acarrear arbitrariedades.
A pesar de todo algunos analistas todavía llaman a no llevarse a engaño. Pronostican que los coeficientes de abatimiento terminarán por desaparecer, a través de un mecanismo que tiene en cuenta el valor de ventas anteriores a la hora de tributar. De cualquier modo, a fin de aprovechar los coeficientes monetarios, sigue siendo una buena idea vender antes de fin de año.
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