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Dos modelos para afrontar la crisis

El mejor socio en análisis de mercado: Analistas Financieros Internacionales (AFI) colabora con PSN en materia de inversión. Conocer la salud económica es imprescindible para tratar de anticipar la evolución de los mercados financieros.

Desde la quiebra de Lehman Brothers, es decir, desde el inicio de la denominada Gran Recesión en 2008, los bancos centrales se han convertido en los grandes protagonistas. Por un lado, porque la Reserva Federal de EEUU (Fed), el BCE, el Banco de Inglaterra, etc. optaron por reducir los tipos de interés hasta cotas muy cercanas al 0,0%, con la intención de dinamizar la economía. Pero el éxito inicial fue reducido debido a los problemas de solvencia de las entidades financieras. Y es que los estímulos de la política monetaria se transmiten a través de los bancos, y si éstos atraviesan por dificultades (recordemos que hemos vivido la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión), pierden eficacia.

Ha sido necesario que los bancos centrales innovaran, que crearan nuevas herramientas. Nos referimos a la denominada expansión cuantitativa, que ha consistido, de forma simplificada, en la creación de dinero por parte del banco central, bien para prestar a largo plazo a las entidades financieras, bien para comprar activos de renta fija (el denominado Quantitative Easing). La Fed ha sido la más agresiva en sus medidas, y tal vez por eso (además de por otros factores), EEUU presenta un balance económico mucho más favorable. Su PIB marca trimestre tras trimestre máximos históricos, su tasa de paro se sitúa en el 5,0%, los salarios crecen al 2,0%, etc. Por esta razón tiene sentido que allí comiencen a retirarse los estímulos, bien sea subiendo los tipos de interés, bien sea vendiendo los activos de renta fija.

Uno de los grandes factores directores de los mercados financieros en 2016 será el inicio del endurecimiento monetario de la Fed, como ya se ha puesto de manifiesto a lo largo de los últimos meses, cuando las autoridades monetarias han ido “preparando el terreno”, con un claro impacto en las cotizaciones y en la volatilidad. En sentido contrario, en la zona euro persistirá, y se intensificará, la política monetaria no convencional. La UME ha conseguido la senda del crecimiento, pero el avance del PIB en torno al 1,5% es claramente insuficiente como para resolver uno de los grandes problemas económicos: la elevada tasa de paro. En 2016, por lo tanto, los dos principales bancos centrales del mundo estarán siguiendo caminos diferentes. Una situación sin precedentes que condicionará la evolución de los mercados financieros.

David Cano AFI

David Cano

Socio Director General de AFI

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