A través de la iniciativa impulsada por el Día Mundial del Autocuidado, se quiere concienciar a la sociedad de la importancia que tiene el autocuidado de la salud como instrumento para mejorar la calidad de vida de las personas. Se entiende por autocuidado la predisposición y cuidado de nosotros mismos. Con esta celebración a nivel internacional somos nuevamente conscientes de que es necesario protegernos y cuidarnos para preservar nuestro bienestar y nuestra vida.
Hay otro aspecto que motiva el autocuidado hoy en día: elreducir la carga económica sobre los sistemas públicos de salud. Está claro que autocuidado ayuda a las personas a mantenerse bien y prevenir enfermedades crónicas, aliviando así la presión sobre el sistema sanitario de un país. La aplicación de prevención de la enfermedad, permite mejorar el estado de salud de una población a corto, mediano o largo plazo.
Ciertos hábitos saludables deberíamos realizarlos por propia iniciativa, como un conjunto de pautas orientadas al bienestar físico y psicológico. La lista de medidas que son recomendables es de todos conocida: buena alimentación, ejercicio moderado, evitar el alcohol y el tabaco, controlar el estrés y fomentar el pensamiento positivo. Cada una de estas pautas es una manifestación del autocuidado.
Autocuidado y prevención caminan de la mano
Como acabamos de indicar, el autocuidado abarca todo un conjunto de prácticas que van desde la alimentación sana a los hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de enfermedades, así como el cuidado de la salud en los pacientes crónicos. De hecho, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2015 destacó que el autocuidado responsable permitiría prevenir el 75% de los casos de infartos, ictus y diabetes tipo 2, y el 40% de los casos de cáncer. Así que, no siendo idénticos, prevención y autocuidado son términos hermanos.
En relación con el mantenimiento sostenible del sistema sanitario, el autocuidado y la prevención son términos vitales, en los que hay que ir profundizando y desarrollando.
- Por un lado, la prevención es la acción que considera a los individuos y a las poblaciones como expuestas a factores de riesgo identificables, que suelen ser con frecuencia asociados a diferentes conductas de riesgo de los individuos. La modificación de estas conductas de riesgo constituye una de las metas primordiales de la prevención de la enfermedad.
- Sin embargo hay otra acepción del término prevención vinculado a un problema real de carácter demográfico: el aumento de la esperanza de vida de la población. Éste ha sido un factor determinante en un cambio de patrón que ha pasado a tener su foco principal puesto en el paciente crónico en vez de en el agudo. Es de capital importancia para la sostenibilidad del sistema sanitario abordar en particular el problema de la cronicidad, que afectará 30 por ciento de la población mayor de 16 años en 2040.
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