El mundo asegurador basa su actividad en la posibilidad de que ocurran o no contingencias. Es indudable la gran labor que desarrollan en la sociedad, y en concreto las mutuas, basadas en un principio de solidaridad y ayuda común. Pero ¿cómo establecen su negocio las aseguradoras para que no quiebren ante una avalancha de siniestros? Las empresas encargadas de cubrir riesgos tienen varios flotadores a los que amarrarse. Por un lado, existen las tablas actuariales en las que se van estudiando estadísticamente las probabilidades de contingencias según edad, profesión, lugar de nacimiento, etc. De otra parte, las aseguradoras cuentan con el denominado reaseguro, esto es cuando una entidad aseguradora ajena toma a su cargo, total o parcialmente, un riesgo ya cubierto por otro asegurador, sin alterar lo convenido entre este y el asegurado. Es decir, cuando parte del riesgo es compartido con otra compañía para evitar la quiebra.
Existe una tercera vía que son las declaraciones de salud. Es una forma que tienen las aseguradoras de seleccionar los riesgos de acuerdo con tres variables:
- La edad del asegurado en el momento de la contratación del seguro.
- El capital que asegurar y que cubrirá si se produce la contingencia.
- Las garantías a contratar y que no son tangibles (vida, accidente, baja laboral…)
Para conocer esta información de sus clientes, la Entidad aseguradora remite un cuestionario escrito para que el interesado lo rellene y devuelva firmado, a través de una llamada telefónica (grabada y protegiendo en todo momento la privacidad del interesado) o en un test online. Este cuestionario constará de más o menos preguntas según la garantía que se necesita cubrir. Si se trata de cobertura por accidente, serán dos únicas cuestiones; para el resto de productos que cubran diversas circunstancias, hasta diez.
En cuanto al tipo de preguntas, éstas están relacionadas con el peso y altura, enfermedades actuales o antecedentes hereditarios, entre otros. Asimismo, sobre actividades o deportes de riesgo que el asegurado pueda practicar. En función de lo declarado, el responsable de la selección de riesgos cerrará el proceso o solicitará más información con una nueva declaración junto a informes médicos si fuera preciso. Al final, con todo ello, pueden presentarse tres escenarios:
- Que se cierre el proceso y el seguro incluya las condiciones estándar.
- Que se tengan que estipular nuevas condiciones y/o excluir otras, pudiendo plantear una sobreprima (un suplemento a la prima estipulada para ese producto).
- Que no se pueda asumir el riesgo. Esto pasa muy rara vez y el motivo suelen ser enfermedades o lesiones muy graves.
Los expertos recomiendan que se sea lo más concreto y exhaustivo posible ya que, en último término, el beneficiario de la prestación es el más interesado en ello. Si se omite información o no se es fiel a la verdad, puede rescindirse el contrato, no tener derecho a percibir la prestación e incluso tener que devolver todas las prestaciones percibidas.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.