Los videojuegos se han convertido a día de hoy en uno de los recursos más utilizados por la población a nivel mundial para disfrutar de horas de ocio y disfrute. El auge de los videojuegos y el poder de su industria ha hecho posible que incluso se desarrollen carreras profesionales como jugadores de estos, los conocidos “gamers”. Es por ello que muchos jóvenes intentan seguir los pasos de los nuevos ídolos de masas en redes como Youtube desde muy pequeños, algo que puede llegar a la adicción a las consolas. La adicción es definida como un estado mental y físico patológico en el que una persona necesita un estímulo para lograr una sensación de bienestar
Pero, ¿cómo puedo saber si mi hijo es adicto a los videojuegos?
Algunas de las conductas o situaciones que indican esta dependencia son:
- Aislamiento de familiares y amigos; los adictos a videojuegos pasan la mayor parte de las horas del día enfrente de una pantalla, ajenos a lo que ocurre en su alrededor y a quienes lo rodean, limitando o acabando por completo con cualquier tipo de interacción social.
- Cambio de hábitos: un adicto a los videojuegos puede pasar horas sin comer ni dormir, anteponiendo el juego a las necesidades básicas. Esto conlleva un considerable cambio de conducta, volviéndose más agresivo e irritable no solo cuando no juega, sino también durante la práctica.
- Crisis de abstinencia: un adicto a los videojuegos puede tener abstinencia psicológica, experimentando ansiedad, depresión o malestar; o abstinencia física, llegando a experimentar temblores, náuseas, vómitos…
- Las calificaciones académicas empeoran: Como consecuencia del exceso de tiempo jugando a videojuegos, las notas y rendimiento escolar verán reflejados un notable empeoramiento, algo que también ocurre como consecuencia de la adicción a los smartphones
Algunos consejos para poder acabar con este descontrol, pueden ser:
- Crear y establecer horarios de juego limitados y así reducir las horas de juego paulatinamente.
- Introducir nuevos hábitos que se realicen al aire libre, con amigos y familiares, para poder llegar a obtener rutinas más saludables, como la práctica deportiva.
- Mantener una actitud cercana, comprensiva y empática, para hacer sentir al niño que cuenta con apoyo y cariño más allá de la realidad paralela en la que se encuentra.
Para concluir, podemos hacer que nuestros hijos reduzcan el tiempo empleado jugando y a la vez aprendan mediante los ‘Serious Games’, la metodología del juego como base del modelo de aprendizaje.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.