null Cómo elegir un seguro de Vida

Cómo elegir un seguro de Vida

Ante la variada oferta de soluciones del mercado, conviene tener en cuenta una serie de requisitos y algunos consejos acerca de cómo contratar el seguro de Vida que más nos convenga. De ello dependerá nuestra tranquilidad y la verdadera utilidad del producto.

En primer lugar, habremos de calcular el capital asegurado más adecuado a la situación de nuestra familia. La cantidad estará lógicamente relacionada con la cuota a pagar. Hemos de tener en cuenta los gastos en vivienda, comida y ropa, así como posibles gastos fijos en el futuro, como la educación universitaria de nuestros hijos. A esto podemos descontarle los ingresos de nuestra pareja y las rentas o el valor de otros activos financieros de los que dispongamos. Es recomendable contratar un capital entre seis y diez veces la cantidad que obtengamos.

El siguiente aspecto a plantearnos será si elegir un seguro a término o vitalicio. En el primer caso, conviene contratarlo al menos hasta que el menor de nuestros hijos cumpla los 26 años o cualquier persona a nuestro cargo disponga de más recursos para mantenerse por sí misma. Este tipo de seguros suelen ofrecer cobertura hasta una edad que no se extiende mucho más allá de la de jubilación (como norma general), sin embargo, los vitalicios abarcan toda la vida del asegurado -como la propia palabra indica-, aunque se van encareciendo cada vez más con el tiempo. A pesar de que este tipo de productos garantiza protección durante un plazo indefinido, deben suscribirse antes de alcanzar determinada edad, ya que no es lo mismo el periodo de cobertura que el de contratación. En este último caso existen contadas opciones en el mercado que permiten su suscripción hasta una edad avanzada. En PSN contamos con Previplús, un seguro de Vida que puede contratarse hasta los 79 años y ofrece cobertura hasta los 80.

También hemos de tener en cuenta la opción de rescate de las cantidades abonadas. Aquellos seguros que nos devuelven las cuantías aportadas al término del plazo (sin intereses pero libres de impuestos) suelen tener un coste entre un 25% y un 50% más alto.

De otro lado, debemos revisar también las coberturas adicionales que ofrezca el seguro: por ejemplo, algunos doblan la cuantía a percibir en caso de fallecimiento por accidente. Sin embargo, lo que más nos puede interesar son las cláusulas relativas a la incapacidad permanente absoluta (imposibilidad para desempeñar cualquier profesión) o los que cubren la incapacidad permanente total (para desempeñar la profesión habitual).

A la hora de revisar la cobertura, existen algunas excepciones estandarizadas (prácticamente ningún seguro cubre fallecimiento en zonas de guerra, catástrofes naturales o atentados terroristas) y condiciones que pueden ser más o menos razonables (suicidios o fallecer en actividades de riesgo, como conducir bajo los efectos del alcohol). Sin embargo, otras pueden no serlo tanto, como las picaduras de animales.

Un último indicador general nos lo dará el prestigio de la compañía. Aunque pueda parecer evidente, es mejor contratar con aseguradoras o mutuas ya asentadas y, por tanto, capaces de ofrecernos sólidas garantías de que podrán hacerse cargo de los gastos de nuestro seguro. En PSN llevamos casi un siglo ofreciendo las mejores soluciones de protección para los profesionales universitarios. Contacta con nosotros para conocer el producto ideal en tu situación concreta.

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