El crecimiento continuado respecto a la esperanza de vida nos conduce a enfrentarnos, muy probablemente en algún momento de nuestra vida, con la responsabilidad de hacernos cargo de una persona mayor. Si bien tenemos otras opciones, muchas personas optan por cuidar a sus mayores en casa, por lo que es recomendable seguir una serie de consejos, no solo por el bien del anciano/a, sino también para evitar el “síndrome del cuidador quemado”.
Recientemente conocíamos que, según el Índice de Bloomberg, España se convertía en el país más saludable del mundo. Para tal afirmación, una de las variables que se consideraba era la esperanza de vida. Y esta no ha parado de aumentar en los últimos años, hasta situarse, según registros del Banco Mundial del año 2016, en casi los 83 años de edad.
Por otra parte, el envejecimiento de la población española es un hecho. Los datos apuntaban en 2017 un nuevo récord: 8,6 millones de personas mayores de 65 años. Son dos los motivos claros de este envejecimiento: cada vez nacen menos niños y, ligado con el punto anterior, la esperanza de vida aumenta.
Es por ello que también se incrementan las posibilidades de que, en algún momento de nuestra vida, nos tengamos que hacer responsables de una persona mayor, muy probablemente familiar nuestro. A nivel sentimental supone un compromiso fuerte, lleno de valores y cariño con el sentimiento de devolver todo aquello que los mayores nos dieron. Sin embargo, no siempre es posible hacerse cargo de una persona mayor, especialmente si es una persona dependiente. Son algunos motivos que tal vez nos lleven a contratar a profesionales externos o recurrir a las residencias o centros de atención especializada.
No obstante, también es posible optar por integrar en nuestro hogar a la persona mayor y cuidarla desde casa. Para este caso, es importante tener en consideración diferentes consejos y recomendaciones. Se trata de un periodo en la vida que puede llegar a ser muy gratificante pero también agotador para todas las personas implicadas. A continuación os ofrecemos una serie de consejos básicos para evitar confrontaciones, atender de la mejor forma posible a la persona anciana y, sobre todo, huir del denominado “síndrome del cuidador quemado”.
- Ser consciente del estado de salud, físico y mental, de la persona mayor. A la hora de tomar la decisión de cuidar de un anciano u optar por residencia o profesional externo, debemos ser conscientes de su pleno estado de salud. Un anciano puede presentar diversas patologías, al igual que existen distintos grados de dependencia. Por otro lado, también debemos prestar atención a su salud mental.
- Establecer una rutina. De esta forma, tanto la persona cuidada como el cuidador tendrán unos “horarios fijos” de algunas actividades rutinarias como el despertar, la alimentación, la higiene personal, etc., incluyendo también actividades de ocio. Esta rutina también nos ayudará a controlar la medicación y los tratamientos que se deben seguir, así como nos servirá para cuidar, a su vez, de la alimentación equilibrada de la persona mayor y respetar las horas de sueño.
- Relacionado con el punto anterior, es importante incorporar actividades que nos ayuden a mantener activo cuerpo y mente. De forma física estaremos hablando de paseos por la calle o el parque o ligeros ejercicios deportivos que podemos realizar en casa. En cuanto a la memoria, podemos contar con diferentes herramientas y juegos que, además de entretener, ayudan al ejercicio mental. De hecho, puedes echar mano de las nuevas tecnologías e incluso de videojuegos para cuidar el estado cognitivo.
- Rodearse de otros profesionales, familiares o amigos. Por un lado, es importante que la persona mayor no esté siempre con el cuidador, sino que mantenga un círculo más amplio de relaciones sociales. Así le ayudará a “desconectarse” del cuidador y sentirse valorado y querido por otras personas. Por otro lado, también es esencial para el cuidador contar tanto con la ayuda de profesionales si así lo requiere, como con el apoyo de otros familiares o amigos. Al respecto, el cuidador no tiene que ver como algo egoísta “tomarse un tiempo” para él, sino que es altamente recomendable que, durante el día, una o dos horas se libere de responsabilidades.
- Actitud positiva frente a este periodo de la vida. La mentalidad con la que nos enfrentemos a esta responsabilidad es muy importante para sobrellevarlo, en especial si tenemos que estar durante una larga temporada cuidando a una persona mayor o si esta es altamente dependiente.
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