Ciudadela, antigua capital menorquina, se encuentra situada en el extremo occidental de la isla. Sus calles recogen una larga tradición, fruto de un importante patrimonio arqueológico en forma de monumentos megalíticos, palacios, iglesias y trazados medievales. Gran parte de la belleza de este pequeño paraíso se encuentra en sus excelentes playas y calas, muchas de ellas escondidas a lo largo y ancho de su costa, así como de sus recónditos pueblos pesqueros, que albergan el auténtico espíritu isleño.
Esta pequeña ciudad cuenta con numerosas calas y playas vírgenes de dificultoso acceso que harán que tu experiencia en la isla sea íntima e inolvidable, aunque acompañada de cierto esfuerzo físico. La primera de ellas es la Cala del Pilar, de gran atractivo por su característica arena rojiza y aguas transparentes. Otra de las más recomendadas por los ciudadanos locales es Cala des Bot, situada al sur de la ciudad y con una extensa vegetación que la rodea; tendrás que atravesar un río repleto de galápagos y tortugas para poder llegar. La Cala Macarelleta, una parada obligatoria, pues es una de las más extensas y tranquilas con más de 80 metros de arena blanca. Y por último, Cala Turqueta, una de las más conocidas y que suele, en cierta medida, estar masificada durante los meses de verano, pero sin
duda sus aguas turquesas y su belleza paisajística harán que merezca la pena parar en ella. Puedes
completar el día de playa con una visita al Faro Cap d'Artruix, uno de los mejores rincones para disfrutar de la puesta de sol.
Como parte del valor añadido de su patrimonio, esta ciudad portuaria se presenta como todo un auténtico museo histórico al aire libre. Los primeros asentamientos en el emplazamiento, que datan del año 2000 a.C., han regalado numerosas construcciones prehistóricas al municipio como las navetas, los talayots y las taulas que se encuentran esparcidas por el territorio. La Naveta Des Tudons y los poblados talayóticos de Torrellafuda y Torretrencada son visita obligatoria para los amantes de la arqueología y se encuentran a tan solo 4 km de Ciudadela, coincidiendo con una de las rutas ciclo-turísticas más conocidas (Ciudadela–Ferreries) de dificultad baja y una distancia asequible de 16’5 km.
En la Edad Media, Ciudadela se convirtió en centro político y administrativo insular, estatus que mantuvo incluso bajo el dominio árabe. Más tarde, fue reconquistada por Alfonso III y, en el siglo XVIII, bajo el dominio británico, perdió su capitalidad, que fue transferida a Mahón. Las numerosas sucesiones culturales también han dotado a la ciudad de emblemáticas edificaciones de carácter señorial que pueden observarse en su particular centro histórico, repleto de calles estrechas y suelos empedrados como en el Medievo.
Una de las primeras paradas es la Catedral, construida sobre una mezquita árabe, que se presenta como uno de los monumentos religiosos más importantes de toda la isla. Junto a ella, el Ayuntamiento, situado en la antigua plaza de armas de Es Bron y también construido sobre un antiguo alcázar árabe que conserva aún resquicios de su primitiva construcción. En los alrededores, el Palacio de Salort y el Palacio de Can Saura Miret, con impresionantes fachadas que recogen una alta calidad artística. Todo el centro histórico hospeda numerosas visitas culturales que merece la pena conocer.
El puerto es otro de los puntos fuertes de la ciudad. Siendo uno de los más históricos de Baleares, alberga una gran belleza a lo largo de su extenso paseo. Inicialmente se concentraban una gran cantidad de barcos pesqueros y de comercio, aunque en los últimos años ha crecido significativamente el número de embarcaciones de recreo. Durante la noche, cientos de pequeñas luces iluminan esta zona portuaria, perfecta para disfrutar de una velada nocturna en cualquiera de sus restaurantes, con una fuerte tradición culinaria de gastronomía marítima. Puedes pasear por el puerto hasta llegar al Castillo de San Nicolás o a la Plaza Ses Voltes, todas ellas situadas en los alrededores
del casco histórico.
En conclusión, situada en uno de los lugares más paradisíacos del territorio español, la pequeña ciudad de Ciudadela nos ofrece una gran cantidad de visitas para todos los públicos, además de numerosas actividades para completar nuestra experiencia en la isla como buceo, snorkel, surf de remo, senderismo o escalada.
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