Los caminos que llevan a la sostenibilidad del sistema público de pensiones parecen ser cada vez más inescrutables. Son complejas las fórmulas matemáticas y las decisiones que se han ido tomando a lo largo del tiempo para salvar la pensión de los mayores. Ahora, el gobierno, asesorado por un equipo de expertos, parece haber encontrado una buena opción para fomentar ahorro a largo plazo, y como no podía ser de otra manera, no es algo genuino ‘made in Spain’ sino que viene del mundo anglosajón. En definitiva, un nuevo ‘Bienvenido Mr. Marshall’ que ya dejaría plasmado en el mítico film Luis García Berlanga de los años 50 y que parece que no hemos aprendido. Esperemos que en esta ocasión, la iniciativa llegue a buen puerto y sea de verdad una medida de concienciación efectiva y definitiva.
En concreto, se trata de una herramienta, denominada cuenta jubilación, que permite al ahorrador incluir todo tipo de productos financieros -desde los más simples, como depósitos o seguros de ahorro, a otros más sofisticados como fondos de inversión o acciones-, y que cualquier trasvase entre estos esté exentos de tributación si se mantiene dentro de la cuenta hasta la jubilación. Algo así como si cada ahorrador pudiera diseñar su plan de pensiones a medida. Lo único que Hacienda estaría barajando la posibilidad de dejar fuera las acciones.
La puesta en marcha de la nueva medida, que ha sido encargada por el Ministerio de Hacienda y que se enmarca en la reforma fiscal que tiene entre manos el Ejecutivo, parece que está pendiente del objetivo de cumplimiento de déficit por lo que, sin ser evidente, tiene muchos visos de no fructificar. Otra prueba más de que el ajuste de las cuentas públicas a corto plazo, imposibilita adoptar estrategias muy positivas en el largo plazo.
Más allá de que la cuenta jubilación al final vea la luz o no, lo importante es que sigue habiendo un interés por parte del Gobierno de concienciar a la población ofreciéndoles diferentes fórmulas y haciéndoles ver la importancia del ahorro a largo plazo. El Gobierno nos advierte de que no puede garantizarnos las pensiones, que es imprescindible buscar instrumentos de ahorro complementario que nos asegure una jubilación digna. Además, resulta paradójico que cuando surge una solución factible, las circunstancias impiden que se lleve a cabo o, por el contrario, cuando están ya implantadas, como es el caso de los planes de empleo, al final se terminen penalizando.
Foto | Instituto Cervantes
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