Desde este 1 de enero la fiscalidad española es otra. La llegada del nuevo año trae bajo el brazo un nuevo modelo en el que pagaremos menos impuestos, o ese es el mensaje que se ha lanzado desde el Ejecutivo, que ha elegido el último año de la legislatura, y por tanto año electoral, para poner en marcha las medidas fiscales que prometió al alcanzar el poder.
Al margen de valoraciones positivas o negativas de las medidas, lo que es una evidencia es que son muchos los cambios y afectan a muchas de las realidades diarias, no solo a la nómina de los asalariados. Repasamos las más importantes:
- Baja el IRPF: El gravamen máximo de reduce del 52% al 47% y el mínimo pasará del 24,75% al 20%. También se elevan los mínimos personales y las exenciones por hijos. En la práctica, todos los asalariados verán como su sueldo neto aumenta a partir de enero respecto al 2014 aunque es diferente proporción según el tramo en el que se encuentren.
- Se reducen los impuestos al ahorro: Hasta ahora, los primeros 6.000 euros tributan al 21%, entre 6.000 euros y 24.000 euros aplican un 25% y, por encima de ese nivel, se grava al 27%. Ahora los primeros 6.000 euros irán al 20%, entre 6.000 y 50.000 euros tributarán al 22% y, todo lo que quede por encima, sufrirá un porcentaje del 24%. Está previsto que los tipos en 2016 vuelvan a reducirse hasta el 19%, 21% y 23%, respectivamente.
- Nuevos productos y cambio en los límites de aportaciones: La reforma fiscal también ha servido para que lleguen al mercado los denominados Plan Ahorro 5, un producto financiero que puede adoptar forma de seguro y cuyos rendimientos estarán exentos si se mantiene la inversión un mínimo de cinco años. Se fija un límite de 5.000 euros y se garantiza el 85% de la inversión realizada. De igual modo, los planes de pensiones reciben una de cal y otra de arena. Por un lado se abre la posibilidad de rescatar las aportaciones transcurridos 10 años, a la par que se limitan las aportaciones máximas anuales que quedan topadas en 8.000 euros.
- Retención para autónomos: Los autónomos que tributan por IRPF también se beneficiarán de la reducción impositiva. El tipo de retención se fijará en el 19% ya en 2015 y bajará hasta el 18% en 2016.
Estos son sólo algunos de los numerosos cambios que ya están vigentes. Algunos de ellos, como los aplicados a la previsión social complementaria, están pensados, a juicio del Gobierno, para reforzar a estos instrumentos. Habrá que esperar unos meses a que los datos nos digan si han conseguido su objetivo.
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