null Aprender inglés desde niños, algo más que saber un idioma

El familiarizarse con una lengua diferente a la materna cuando somos pequeños no sólo va a permitir aprenderla con una mayor facilidad, sino que también va a propiciar que se genere una serie de conexiones neuronales que ayudarán y capacitarán para aprender nuevos idiomas, además de favorecer la relación con los demás y tener mayor capacidad de concentración

La facilidad de un idioma nuevo para los niños

Muchas escuelas infantiles, y en concreto la red de PSN, los centros Bicos, incorporan las clases de inglés en sus programas educativos dada la trascendental importancia que tiene que los más pequeños aprendan un nuevo idioma desde que comienzan a balbucear las primeras palabras. “Los niños son como esponjas, por ello creo en la importancia de alentarlos a desenvolverse en inglés desde muy temprana edad, para maximizar sus capacidades de aprendizaje”, asevera Blanca Ares, educadora y profesora de inglés de PSN Bicos La Coruña. Los adultos que aprenden una lengua tienden a traducir desde la suya propia, pero un niño que aprende desde pequeño la absorbe de manera natural. “Le es más fácil pronunciar los sonidos nuevos ya que su mente los adquiere como propios y no le son extraños. Además, los mejores reciben ambas lenguas en una misma área del cerebro mientras que los adultos necesitamos dos espacios neuronales para aprender un nuevo idioma”, comenta Ares.

Según los expertos, aprender un idioma a tan temprana edad no sólo le va a ayudar a hacer propia una lengua no materna, sino que potenciará su atención, le servirá de entrenamiento mental y ejercitará su memoria. Durante los primeros años es cuando más conexiones neuronales se generan, por lo que es fundamental incentivar al menor con información y estímulos, en este caso, lingüísticos. Además, es importante cómo se les inicie en este nuevo idioma.

Método de aprendizaje en las escuelas Bicos

En las Escuelas Bicos, “el educador no da clases de inglés, sino que trata que los niños lo vivan y lo hagan suyo. Entrar en clase saludando y hablando todo el tiempo en la lengua que intentamos enseñar es la clave para que ellos la vean como algo natural y la adquieran como parte de su aprendizaje diario. Llegan a comprender perfectamente, se acostumbran a escucharla. La reciben con naturalidad e incluso diría que con entusiasmo”, comenta la educadora. Pero para lograrlo, es recomendable despertar el interés del niño en cualquier actividad, con el objetivo de que se entretenga y se divierta aprendiendo. Su atención no puede prolongarse demasiado en el tiempo, las actividades deben ser ágiles y cambiantes. “Un cuento, una canción, un juego, un truco de magia, un baile; todo eso y más en una sola sesión. Captar su atención no es fácil si no sorprendes, y mucho más cuando esa tarea es en una lengua que no emplea habitualmente”, declara la educadora.

De otro lado, según Ares, los niños que aprenden dos o más lenguas al mismo tiempo pueden tardar algo más en hablarlas a un buen nivel, pero a largo plazo potenciará sus capacidades. Por eso es importante que, en casa, los padres prosigan incentivando lo aprendido en la escuela. “Hay que contagiar al niño el gusto por el inglés, intentar hablar con él indistintamente en ambas lenguas y buscar programas de televisión, radio o recursos de Internet que le ayuden a asimilarlo como propio”.

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