null Aprender finanzas en el colegio

Aprender finanzas en el colegio

Ya a principios de los años 2000, la fiebre hipotecaria se extendía por España. Millones de personas, convencidas de que los bienes inmuebles eran la mejor inversión posible porque “nunca perdían valor”, se lanzaban a firmar hipotecas, algunas con condiciones muy duras y que les ataban hasta 40 años a una propiedad. El resultado es de sobra conocido, así como las consecuencias que España todavía está pagando.

¿Qué podemos hacer para evitar una nueva pérdida de razón colectiva tan grave como las de la década pasada? El fenómeno, que no fue exclusivamente español, preocupa tanto que algunos países de nuestro entorno, como el Reino Unido, están introduciendo la educación financiera en el currículo de secundaria. Desde 2009, se lleva a cabo en España un programa piloto en una treintena de institutos acerca de cómo dotar a los jóvenes de una base cultural financiera útil.

En un mundo en el que las funciones del Estado están cambiando, las economías globalizándose y sofisticándose y la velocidad de circulación del dinero incrementándose cada vez más, parece una buena idea dotar a los jóvenes de un conocimiento financiero mínimo. Ser capaz de entender el funcionamiento de un banco y desmitificar sus decisiones podrían haber evitado miles de dramas personales innecesarios; tanto como entender los procesos que influyen en el mercado de valores. En lo positivo, comprender los mecanismos básicos del ahorro y de los planes de pensiones, pueden contribuir a la seguridad financiera de los futuros ciudadanos.

Una duda práctica puede ser cuándo introducir estos conocimientos y con qué profundidad. Cuando miramos los programas educativos, corremos el riesgo de querer llenarlos de información práctica: Educación para la Ciudadanía, Tecnología, Conocimiento del Medio, Educación Financiera… Sin embargo, conviene recordar la distinción fundamental entre aquellas asignaturas que enseñan al alumno a pensar (como la Filosofía, las Matemáticas o la Literatura) y las que le aportan conocimientos. De poco servirá cubrir de conocimientos a los alumnos si no han aprendido bien a razonar o pensar por sí mismos. El conocimiento financiero nos ayudará tomar decisiones y a comprender mejor ante qué estamos. Es importante dotar a los jóvenes de éste. Pero también es importante enseñarles a razonar para que sepan sacarle el mayor partido posible a estos conocimientos llegado el momento.

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