Hace un mes desde que se estrenó en Netflix Tidying Up with Marie Kondo, el reality show de la japonesa Marie Kondo, gurú del orden. Basados en el famoso método KonMari, la risueña japonesa plasma en la pequeña pantalla su filosofía minimalista descrita en sus libros superventas. Sin embargo, su máxima – el orden es sano y te hará feliz, por lo que tener una casa ordenada es beneficioso para tu salud y tu felicidad – también es aplicable a otros ámbitos de tu vida, incluyendo las finanzas personales.
Marie Kondo invita a las familias de su programa a ser conscientes de todas sus posesiones. Para ello, recurre a actuar frente a una acumulación visual, por ejemplo mostrando toda la ropa amontonada en un mismo espacio. De esta forma, se descubre cuánta cantidad de ropa (o cualquier otro objeto) se guarda en armarios, cajas o garajes. A continuación, el método KonMari establece que debes quedarte solo con lo que te haga feliz y desechar lo prescindible.
Esta actuación se realiza de forma global, dividiendo los objetos en categorías: ropa, libros, menaje de cocina, objetos sentimentales, etc. Se desvincula así de otros métodos que buscan el orden en función de las habitaciones (dormitorio, cocina, salón, etc.). Además, otras de las recomendaciones de la japonesa es poner orden de golpe, es decir, enfrentarse a la tarea de una sola vez con el propósito de obtener resultados desde el primer día.
¿Cómo trasladar el método KonMari a las finanzas?
Una vida ordenada es una vida feliz, deshacerte de aquello que no te aporte nada sentimentalmente, clasificar tus pertenencias en función de su tipología, la organización según una perspectiva global… Todas estas claves de Marie Kondo son también aplicables a la gestión de tus finanzas personales. Además de ser más feliz, aquí los objetivos finales serán la concienciación de nuestra economía y el ahorro.
- Acumulación visual de tus objetos y deshacerte de aquello que no te hace feliz
Para saber cuánto gastamos semanal o mensualmente, podemos apuntar en un cuaderno o una hoja de Excel todos nuestros gastos. No importa si el gasto está destinado a un producto de ahorro o si se trata de un café o una entrada de cine. Ya entraremos más adelante en la categorización.
Ahora que puedes ver visualmente todos tus gastos, continúa llegando cabo el método KonMari. No obstante, incorpora la pregunta de “cuál es necesario”. Si es necesario y te hace feliz, adelante. Puede que te encuentres con la duda de pensar si ahorrar para tu plan de pensiones te hace feliz. Entonces piensa de cara al futuro y tu planificación del ahorro.
- Clasificación por categorías
Igual que Marie Kondo divide su organización por ropa, objetos sentimentales, komono, etc., con tus finanzas también puedes aplicar una categorización. Por ejemplo en la categoría de vivienda puedes incluir el alquiler, la luz, las compras en el supermercado, etc; en ocio las actividades con los amigos, las entradas del teatro, etc.; y puedes crear una categoría de imprevistos para gastos que se salgan fuera de la planificación como una reparación en tu vehículo.
- Hazlo de una sola vez
Igual que te resultará gratificante ver tu casa organizada tras una jornada intensiva, también querrás ver resultados inmediatos en tu cuenta corriente. Lo más recomendable es que no lo dejes pasar: si estás decidido, dedícale un tiempo cada día a anotar cada gasto para que así, a final de mes, puedas sentarte y analizar todos los resultados.
Una vez lo hayas hecho (¡te llevará tiempo!), comienza cuanto antes a ahorrar en función de tus propósitos. Por ejemplo, si estás realizando esta organización para ser capaz de mantener tu calidad de vida en el futuro, opta por un plan de pensiones. Si por el contrario, buscas un plan de ahorro para crear tu negocio en el futuro, opta por un producto como Plan Ahorro Flexible.
- Mantén a raya el komono
Una vez terminada la labor de Marie Kondo, la japonesa advierte que la categoría de komono es la más fácil de descontrolarse tras la organización. Esta incluye papeles, folletos descuento, pequeños objetos o los juguetes de los niños.
Trasladado al ahorro, komono serían los gastos hormiga: el menú del restaurante por comer fuera, la suscripción a aquel servicio que ya no utilizas, antojos como un café por la mañana o un refresco por la tarde, etc. Lo ideal es continuar anotando tus gastos (tal y como el orden hay que mantenerlo cada día), de tal forma que sepas mensualmente cómo ha funcionado tu mes.
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