El pasado 2019 nos ha dejado la “sostenibilidad” como una de las palabras del año. Especialmente tras la celebración de la Cumbre sobre la Acción Climática ha quedado demostrado el compromiso de la sociedad con el medio ambiente. “Es tiempo de actuar” era el lema de la COP25, e implica que no hay marcha atrás en este camino respetuoso con el Planeta.
Por suerte, cuidar el medio ambiente es entendido como una obligación por, cada vez, más personas. Entre otras acciones, implica reciclar, utilizar el transporte público, evitar plásticos, cerrar los grifos del agua, apagar las luces, etc. Son muchas las medidas que podemos tomar, si bien es cierto que es difícil concebir la preocupación climática para una sociedad consumista.
Desde hace años los expertos advierten que nuestro modelo de consumo lineal pone en peligro el medioambiente. Este sistema comienza con la extracción de materias primas, producción y distribución para finalizar con la compra y el deshecho. Y los vertiginosos cambios, especialmente tecnológicos, provocan la necesidad de cambiar más pronto los productos. Precisamente por ese motivo el consumo ocupa uno de los problemas fundamentales del medio ambiente.
De ahí que ciertos organismos europeos estén apostando por el sistema de la Economía Circular. Y, aunque la sociedad sigue optando por el consumo lineal, cada vez más procura evitar el consumo masivo y desenfrenado. Hablamos del consumo responsable o consumo sostenible.
El motivo principal para modificar nuestros hábitos y optar por otros más sostenibles será, siempre, el cuidado al medio ambiente. No obstante, no solo el Planeta se beneficiará, también nuestra economía personal. Como hemos indicado en diferentes ocasiones, la planificación de los gastos, la elaboración de presupuestos y la diferenciación entre capricho y necesidad son claves para lograr el éxito en nuestra economía y finanzas personales. A continuación, te ofrecemos algunas pautas para ser sostenible y ahorrar a la par.
Nuevos hábitos en la compra: comercio local y a granel
¿Recuerdas cuando tus antepasados salían a hacer la compra? Primero pasaban por la panadería, después se cruzaban a la frutería, para terminar en la pescadería o carnicería comprando productos frescos. En cambio, ahora si queremos hacer la compra utilizamos el coche para desplazarnos a un hipermercado donde compramos todos los productos envasados y los guardamos en bolsas de plástico en la vuelta a casa. Sin duda, optimizamos el tiempo dedicado a la compra y es más cómodo de guardar y almacenar, pero mucho más contaminante. Por ello, una de las apuestas es restablecer ese antiguo modelo de hacer la compra.
Este sistema se conoce como comercio local o comercio de proximidad. Con ello, obtendrás grandes beneficios (más allá del cuidado del medio ambiente): una atención al cliente personalizada, riqueza y empleo local, diversidad, productos de temporada, una alimentación menos procesada… Entre estas ventajas también está el ahorro en la economía del hogar. Por ejemplo, anteriormente comprabas carne en unos envases de plástico cuando solo querías una cantidad determinada. Ahora comprando a granel, tu bolsillo también lo notará.
Evitar las bolsas de plástico
La utilización masiva de las bolsas de plástico es una de las principales preocupaciones medio ambientales por la cantidad que consumimos, la persistencia en el tiempo y los daños que causan. En 2018 se estimaba que cada español consumía 180 bolsas de plástico al año, una cada dos días.
Para reducir su consumo, las administraciones públicas y el sector de la distribución optaron por poner en marcha diferentes medidas. Entre ellas, el cobro de 0,05 a 0,10 céntimos por bolsa o la utilización de bolsas de papel. ¿Se trata de una solución? Si bien es cierto que estas segundas bolsas son menos contaminantes, no debería de ser la solución definitiva. Para ello te proponemos una alternativa más sostenible: la utilización del carro de la compra.
¿Esta pequeña medida nos ayudará a ahorrar? Para empezar, nos ahorraremos el diminuto gasto hormiga de la compra de las bolsas. Si calculamos a 180 bolsas al año, el ahorro será entre 9 y 18 euros dependiendo del precio. Además, aunque sea más difícil de contabilizar, apostar por el carro de la compra nos ayudará a nuestra economía por una cuestión logística. Como veníamos anteriormente, si dejamos atrás las compras en hipermercados, apostamos por el comercio local y por la utilización del carro de la compra tendremos que planificar mejor nuestra alimentación, lo que supondrá evitar el desperdicio de alimentos y, por tanto, un buen ahorro mensual.
La moda, segunda industria más contaminante
El hecho de ofrecer prendas low cost está teniendo un precio elevado para el medio ambiente. De hecho, la industria textil es la segunda más contaminante, solo por detrás de las petroleras. Las grandes marcas están actuando, frenando el ritmo de las colecciones, optando por materiales más sostenibles o, incluso, produciendo bajo demanda.
En la otra cara de la moneda, también los consumidores son conscientes de este hecho y están llevando a cabo sus propias medidas. Estas pasan, fundamentalmente, por adquirir nuevas prendas solo cuando sea necesario. Con ello dejamos atrás los grandes derroches económicos en ciertos periodos, como las rebajas.
Según el informe El sector textil en 2018, cada español gasta de media 429,3€ anuales en ropa, hasta 565,7€ si incluimos el calzado. Para procurar contener nuestro gasto, de nuevo, será imprescindible la planificación y, sobre todo, el control psicológico para no dejarnos llevar por el impulso de comprar innecesariamente.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.